La heurística es una forma de razonamiento práctico, rápido e intuitivo. Son atajos mentales que usamos para tomar decisiones sin tener todos los datos, ni todo el tiempo del mundo. No es perfecta, pero es tremendamente útil cuando lo que está en juego es nuestra seguridad.
Aplicar heurística en nuestra protección es como tener un “antivirus mental” que, sin escanear cada archivo en profundidad, detecta patrones de riesgo y lanza alertas inmediatas.
No necesitas saber el nombre del virus, sólo reconocer que “ese archivo huele mal”.
¿Cómo se aplica en la vida real?
- Situación 1: Entras a un cajero y notas a alguien “demasiado atento” a los movimientos de los demás. No tienes pruebas, pero algo no cuadra. Decides no usar ese cajero.
- Situación 2: Alguien llama a tu puerta con uniforme oficial, pero sin identificación visible. Mejor no abrir, aunque tengas prisa.
- Situación 1: Entras a un cajero y notas a alguien “demasiado atento” a los movimientos de los demás. No tienes pruebas, pero algo no cuadra. Decides no usar ese cajero.
La heurística no espera la confirmación, actúa desde la prevención.
Durante años, la seguridad institucional se basa en normas, manuales y protocolos. Pero en la vida real, el riesgo no siempre espera que abras el manual en la página correcta. Quien delinque no sigue ISO 27001 ni normas NOM-XXXX, actúa con creatividad y rapidez, todo en forma planeada. ¿Por qué deberíamos responderle con burocracia?
La heurística permite compensar esas rigideces con intuición entrenada. No reemplaza la capacitación ni los protocolos, pero los complementa.
5 recomendaciones para aplicar la heurística en tu seguridad
- Entrena tu intuición: observa tu entorno en lugares seguros. Luego, compara cómo cambia tu percepción en ambientes diferentes. Aprende a confiar en tus corazonadas bien fundamentadas.
- Identifica patrones sospechosos: ruidos inusuales, personas que repiten rutas, vehículos estacionados en zonas clave. La heurística es más efectiva cuando tienes más experiencia observando.
- No temas parecer paranoico: más vale evitar una situación 10 veces sin razón, que no evitarla la única vez que era una trampa.
- Evita justificar lo extraño: no racionalices conductas que sabes que están fuera de lugar (“seguro exagero”, “ha de estar esperando a alguien”, …). Si lo sientes, aléjate.
- Revisa casos reales: ver reportajes, videos y noticias sobre delitos puede ayudarte a detectar patrones de riesgo más rápido. La experiencia ajena también entrena tu heurística.
- Entrena tu intuición: observa tu entorno en lugares seguros. Luego, compara cómo cambia tu percepción en ambientes diferentes. Aprende a confiar en tus corazonadas bien fundamentadas.
La heurística puede salvarte la vida, pero requiere atención y decisión. Los manuales están bien, pero el riesgo es dinámico, y tu cerebro también debe serlo.
Actúa rápido. Siente, piensa, decide. Haz de tu intuición tu primera línea de defensa. Comparte este mensaje y enseña a los demás a confiar en su instinto: a veces, es el único protocolo que llega a tiempo.
Por un Futuro más Seguro: menos procedimientos, más conciencia.