No es noticia la desconfianza que tienen los mexicanos hacia su policía, producto de la corrupción persistente y la falta de equipamiento adecuado. Lo que sí resulta noticia son los nuevos estudios que analizan el rol que, voluntaria o involuntariamente, asume la sociedad frente a la función policial, y que, con frecuencia, contribuyen a perpetuar ciclos de discrecionalidad e inefectividad.
En ese sentido, en México se realizó un estudio para indagar sobre las actitudes y percepciones de la población hacia los policías, contrastándolas con las vivencias y retos cotidianos que enfrentan los elementos de seguridad.
Los ciudadanos encuestados señalaron que lo primero que les viene a la mente al mencionar la palabra “policía” es “corrupción” (38%), seguido de protección (17%), miedo, ineficiencia, desconfianza, prepotencia e injusticia (21%), e inseguridad (12%). Sólo un 8% lo asoció con características positivas.
El 57% de los entrevistados indicó que desconfía de la policía principalmente por corrupción, seguido por abuso de poder (26%) y experiencias personales negativas (17%).
Respecto a las motivaciones para convertirse en policía:
- 43% cree que lo hacen por necesidad económica.
- 31% por falta de oportunidades.
- 16% por vocación de servicio.
- 13% por falta de estudios.
- Apenas 12% lo atribuye a un sentimiento patriótico o heroico.
En cuanto al cumplimiento de su labor:
- 28% dijo que la policía no cumplió con su función.
- 22% que sí lo hizo.
- 20% que lo hizo de mala gana.
- 14% reconoció que el cumplimiento fue condicionado a un pago.
Por su parte, los policías reconocen estar en desventaja frente a la delincuencia. Se sienten limitados, poco respaldados y perciben que los delincuentes tienen más herramientas legales a su favor.
En términos generales, los policías se sienten “maltratados” por la ciudadanía, juzgados sin conocimiento de sus condiciones laborales y expuestos a peligros constantes. Señalan que la sociedad exige acción, pero pocas veces está dispuesta a colaborar.
Aunque el 58% de los ciudadanos considera necesario reconocer el buen trabajo policial, un 17% no cree que deba hacerse.
Respecto a los sentimientos hacia la profesión:
- 48% se sentiría preocupado si su hijo quisiera ser policía.
- 16% sentiría miedo.
- Más del 70% expresó emociones negativas.
Sobre la percepción institucional:
- 55% cree que las personas se corrompen al entrar a la policía.
- 70% considera que los policías deshonestos predominan.
- 67% cree que es imposible distinguir entre policías honestos y corruptos.
- Aún así, el 73% reconoce que puede haber policías honestos en un entorno corrupto.
En materia de participación ciudadana:
- 80% cree que la policía necesita apoyo social para cumplir su labor.
- 64% siente que la policía no es cercana a la ciudadanía.
- 72% admite participar poco en actividades comunitarias, aunque el 68% estaría dispuesto a integrarse a comités vecinales.
Si bien existe una fractura evidente entre sociedad y policía, también es cierto que ésta se alimenta de prejuicios sociales negativos hacia prácticamente cualquier ámbito del quehacer policial.
Jamás veremos mejoras si los estudios siguen mostrando que ciudadanía y policía son como el agua y el aceite.
Si queremos revertir la inseguridad, debemos reivindicar a nuestra policía: entender sus condiciones laborales, reconocer sus esfuerzos y asumir nuestra corresponsabilidad en la construcción de seguridad ciudadana.
Para profundizar en este tema, vale la pena revisar el estudio actualizado Ser policía en México: ¿qué rol asume la sociedad?, elaborado por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México en alianza con el Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C. (INSYDE).