Cómo se reproducen los entornos de riesgo social

Newsletter - Cómo se reproducen los entornos de riesgo social

En el lenguaje técnico de la seguridad en México, un generador de violencia es aquel individuo, grupo u organización cuya conducta delictiva sistemática provoca alteraciones directas en la paz social, incrementa el temor colectivo y favorece la reproducción de ciclos de impunidad. No se trata solo de quien comete un delito, sino de quien activa cadenas de terror, miedo y control social.

Los generadores de violencia suelen estar vinculados a delitos de alto impacto como:

      • Homicidios dolosos
      • Extorsión y cobro de piso
      • Secuestros
      • Tráfico de armas o personas
      • Narcomenudeo

Legalmente, este término no está tipificado como delito autónomo, pero ha sido utilizado por autoridades en operativos para justificar detenciones prioritarias o acciones de contención. Su uso, sin embargo, ha generado debate sobre la necesidad de acotarlo con rigor jurídico, para evitar arbitrariedades y garantizar el debido proceso.

¿Cómo los vamos generando?

El problema más incómodo es que los generadores de violencia no aparecen por generación espontánea. Surgen en contextos de abandono institucional, impunidad, desigualdad, descomposición familiar y entornos normalizados de violencia.

Mientras una parte de la sociedad se indigna con razón por su actuar, otra parte les admira, les imita o les tolera, consciente o inconscientemente, ya sea por miedo o por resignación. El reto es claro: inhibir sus condiciones de surgimiento y romper su narrativa de poder.

La fábrica del horror

Un generador de violencia es como una máquina oxidada dentro de una fábrica de sufrimiento, que sigue funcionando porque la cadena no se detiene. No basta con apagar la máquina; hay que cerrar la fábrica entera. Y eso solo se logra con prevención estructural, con atención oportuna a la niñez, con comunidades fuertes y con ciudadanos vigilantes, informados y comprometidos.

5 acciones clave para inhibir generadores de violencia

      1. Denuncia anónima y segura: Usa los canales formales para reportar actividad sospechosa. El silencio protege al generador.

      2. Educa desde casa: Habla con niños y adolescentes sobre las consecuencias reales del crimen.

      3. No los enaltezcas: Evita compartir contenido que romantiza delincuentes o “líderes criminales”.

      4. Apoya a víctimas y sobrevivientes: Ayudar a quien ha sufrido un delito es una forma directa de resistencia social.

      5. Promueve redes de prevención comunitaria: Donde hay cohesión, la violencia tiene menos terreno fértil.

Mientras los generadores de violencia operan con cinismo, millones de familias viven con el eco del dolor de una víctima ausente: un hijo desaparecido, una madre asesinada, un padre extorsionado, una hermana revictimizada por el sistema. Cada víctima tiene un nombre, un rostro, una historia… y merece que el país entero trabaje para que ni una historia más se sume a esa lista.

La violencia no se combate solo con fuerza. Se previene con conciencia, se reduce con acción social y se vence con dignidad colectiva.


¡Actuemos hoy!
Porque mientras permitimos que sigan operando impunemente los generadores de violencia, cada minuto cuenta… y cada silencio duele.

 

Agregar comentario