5 pasos para prevenir preguntando por qué

Newsletter - 5 pasos para prevenir preguntando por qué

Cuando ocurre un delito —un asalto, un fraude, una agresión— la conversación pública gira casi siempre en las mismas preguntas: ¿Qué pasó? ¿Cómo pasó? ¿Dónde fue? ¿Cuándo ocurrió? ¿Quién estuvo involucrado? Todas ellas son claves…Pero hay una que rara vez se plantea y, sin embargo, es la más poderosa para prevenir: ¿Por qué pasó?

Sin responder esa pregunta, solo estamos mirando el cascarón del problema… nunca su raíz.

Criminalística vs. Criminología: ¿Qué nos está faltando?

La mayoría de las personas observa la seguridad desde una perspectiva criminalística:

      • Qué pasó
      • Cómo pasó
      • Dónde pasó
      • Cuándo pasó
      • Quién lo hizo


Esa información nos ayuda a reconstruir el hecho cuando ya ocurrió, a entender el mecanismo de ejecución. Sin embargo, no evita que vuelva a suceder.

La criminología, en cambio, hace la pregunta crucial: ¿Por qué pasó? Porque mientras la criminalística estudia el hecho, la criminología estudia sus causas. Y solo entendiendo la causa se puede generar prevención real.

Preguntar por qué es cambiar el foco:

Del evento → a la raíz

Del síntoma → a la enfermedad

De la consecuencia → a la causa


Sin causa, no hay efecto.
Si no entendemos la causa, el efecto se repetirá.

Es como si cada vez que llueve y se nos inunda la casa,solo sacáramos el agua, pero nunca arregláramos la gotera.Nos convertimos en administradores del daño, no en solucionadores del problema.

Imaginemos que en una escuela un niño rompe ventanas seguido. Centrarnos en qué rompió, cómo lo hizo o cuándo ocurrió solo describe el hecho. Pero preguntar por qué lo hace es lo que permite cambiar su conducta. Quizá busca atención, quizá sufre violencia en casa, o quizá solo está aburrido. Responder el por qué es lo único que puede detener la repetición del daño.

¿Qué perdemos cuando no preguntamos POR QUÉ?

      • Repetición del delito
      • Normalización de la violencia
      • Respuestas reactivas, nunca preventivas
      • Políticas públicas desconectadas
      • Dinero invertido en consecuencias, no en soluciones

En otras palabras:
Seguimos apagando incendios en vez de evitar que se enciendan.

Por qué pensar en el “por qué” ayuda a prevenir

      1. Identifica patrones
        —entorno, motivaciones, debilidades.

      2. Comprende factores sociales
        —pobreza, violencia, adicciones, impunidad.

      3. Dirige intervenciones efectivas
        —programas sociales, prevención educativa, vigilancia focalizada.

      4. Evita culpabilizar superficialmente
        —no todo se reduce a “es malo porque sí”.

      5. Permite soluciones sostenibles
        —una intervención correcta evita reproducir el delito.

Cómo comenzar a pensar en el POR QUÉ (5 acciones)

      1. Ir más allá de la nota roja
        Preguntarnos qué había detrás del hecho.

      2. Comprender contextos
        Familia, comunidad, escuela, redes.

      3. Identificar vulnerabilidades
        ¿Qué permitió que ocurriera? ¿Una omisión? ¿Un vacío?

      4. Escuchar —no sólo juzgar
        Los porqués se descubren con empatía, no con prejuicios.

      5. Actuar en lo micro
        Familia, escuela, colonia: la prevención empieza donde vivimos.


A veces creemos que prevenir delitos es hablar de cámaras, alarmas y patrullas;
pero la verdadera prevención comienza cuando nos atrevemos a entender qué hay detrás de un delito; su origen psicológico, social, económico o cultural.

Mientras sigamos preguntando solo qué, cómo, dónde y cuándo, seguiremos corriendo detrás del problema. Cuando empecemos a preguntar por qué, comenzaremos a adelantarnos a él.

La seguridad NO es solo reacción; es comprensión. La mejor herramienta para prevenir no es el miedo…sino el conocimiento. Atrévete a preguntar, a entender, a exigir profundidad. Porque solo cuando conocemos la raíz, podemos arrancar la maleza de verdad.

 

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