Cuando una persona se encuentra en manos de un delincuente, pedir ayuda es una tarea compleja y riesgosa, sobre todo si la circunstancia, más allá de un robo simple, se ha complicado cuando la víctima ha sido sometida y obligada a acudir a su propio hogar u oficina para obtener o facilitar dinero y bienes a sus captores, en dichos casos, las claves de seguridad constituyen una forma eficaz para pedir ayuda.
¿Qué son las claves de seguridad y para que nos sirven?
Las claves de seguridad son formas preestablecidas de comunicación que nos permitirán, justamente, transmitir un mensaje discretamente, de manera imperceptible para el delincuente, a través del cual podremos denotar una circunstancia y el hecho de estar solicitando ayuda.
Muchas personas tienen la ventaja que, al llegar a su hogar, cuentan con el servicio en la calle de un vigilante o velador que les abre una puerta, levanta una pluma de acceso o, bien, la posibilidad de saludar a los vecinos de su cuadra. Con todos y cada uno de ellos es preciso establecer claves de seguridad.
Por ejemplo, mi vigilante o velador se llama Mariano:
“Mire Ud. Don Mariano, si yo llego a mi casa y no tengo ningún problema, lo voy a saludar todos los días por su nombre y haciendo una señal de saludo con la mano:
-Buenas noches Don Mariano-
(haciendo la señal de saludo con la mano en alto),
no obstante, existe la posibilidad de que pueda llegar acompañado de un delincuente que me venga amagando con un arma, en ese caso le voy a dar una clave y lo voy a saludar con un nombre distinto y un ademán diferente:
-Buenas noches, Salvador-
(haciendo una señal de saludo militar con dos dedos en la frente)“.
Es importante el saludo verbal y visual, ya que la persona puede estar imposibilitada para establecer una comunicación verbal abierta por tener el cristal del vehículo arriba. Incluso, la clave puede ser el no saludar en absoluto y simplemente verle a los ojos y seguir el camino a casa.