Cuando se habla de derechos humanos, la mayoría de la gente piensa exclusivamente en el rol del Estado respecto de éstos; no obstante, al interior de muchas empresas, incluso de las grandes corporaciones en países en desarrollo, día con día se vulneran y se violan los derechos de personas en tal forma que pareciera ser sistemática.
Conforme el papel y el impacto global de las organizaciones aumentaron en el tiempo, su exposición en dichos temas crecieron significativamente. La responsabilidad corporativa, por violaciones a estos derechos, se ha desarrollado desde mediados del siglo pasado y se incluyó formalmente en la agenda de las Naciones Unidas, y diversos foros globales, a fines de los noventas.
A mediados del 2011, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó una serie de recomendaciones conocidas como los “Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos. Proteger, respetar y remediar” que constituyen, hasta nuestros días, la experiencia de investigación, sistematización, participación y debate sobre el tema, así como empresas más evolucionadas en el mundo.
Los Principios Rectores, consideran 3 objetivos fundamentales:
- Poner de relieve las medidas que los Estados deben adoptar para promover el respeto de derechos por parte de las empresas.
- Servir de modelo a dichas empresas, para implementar políticas y procedimientos que materialicen dicho respeto y reduzcan los riesgos de violaciones.
- Proporcionar, a los afectados, indicadores a escala global a fin de verificar el respeto por parte de las empresas.
- Poner de relieve las medidas que los Estados deben adoptar para promover el respeto de derechos por parte de las empresas.
En ese sentido, la iniciativa del Pacto Global en la Argentina, desarrolló una guía que incluye un análisis detallado de los Principios Rectores, recomendaciones para su implementación, así como herramientas –como indicadores de calidad y evaluación-, análisis de experiencias exitosas e información práctica, con el fin de ayudar a las empresas a conocer y operar bajo este nuevo contexto.
Este valioso instrumento de consulta y referencia para las actividades cotidianas sirve, además, para enmarcar el diseño, administración e implementación de propuestas innovadoras en materia de responsabilidad social.
Las empresas, sin importar su tamaño, juegan un rol importante no sólo en el contexto económico, sino que pueden y deben contribuir en el desarrollo social, difundiendo las mejores prácticas que impulsen, con su ejemplo, la formación de individuos sabedores y conocedores de sus derechos, a fin de que los protejan a toda costa y en todos los ámbitos de su vida.
El respeto de los derechos humanos constituye la base para una sociedad sin violencia.
Conoce la Guía de derechos humanos para empresas. Proteger, Respetar y Remediar: Todos Ganamos, publicada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Red Pacto Global Argentina.