Cultura popular y valores: ¿qué estamos normalizando?

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La apología del delito es la exaltación, justificación o normalización de actos criminales, ya sea de forma abierta o velada. No se trata solo de defender lo indefendible, sino de darle estatus, simpatía o legitimidad a lo ilícito, ya sea mediante palabras, símbolos, comportamientos, o incluso a través del humor.

Este fenómeno no es exclusivo de los medios ni de la música; está impregnado en nuestras conversaciones, en lo que compartimos, en cómo educamos y hasta en lo que celebramos. Es silencioso, seductor y letal.

¿Cómo la sociedad moderna hace apología del delito (a veces sin saberlo)?

      1. La música que glorifica la violencia y el crimen. Narco-corridos, trap, reguetón bélico, drill o rap pandillero. No se trata de censura, sino de entender que cuando repetimos que “el narco es valiente” o que “el matón es el líder”, sembramos ideales erróneos en la mente de jóvenes vulnerables.

        ¿Qué valores estamos transmitiendo cuando un niño de 12 años canta que “prefiere morir de pie que vivir de rodillas”?

      2. La risa como anestesia moral. Memes que celebran al “ratero astuto”, chistes sobre “cómo sobornar a un policía”, caricaturas de políticos ladrones como algo cómico… la burla mata la gravedad del problema.

      3. La televisión y el cine como espejo distorsionado. Series que convierten a criminales en íconos aspiracionales. De “El Patrón del Mal” a “La Reina del Sur”, se crea una narrativa donde el poder del criminal seduce más que el esfuerzo del ciudadano honesto.

      4. La excusa social. Frases como “roba pero ayuda”, “son los únicos que sí hacen algo por el pueblo” o “mejor ser narco que morir pobre” justifican lo injustificable.

      5. La omisión y el silencio. No señalar, no educar, no advertir… también es apología por omisión.

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Hacer apología del delito en la cultura es como rociar gasolina en una casa de madera y luego preguntarse por qué hay incendios.


¿Qué podemos hacer como ciudadanos?

      1. Cuestionar lo que consumimos. No basta con que algo suene bien o sea popular. Pregunta: ¿esto enaltece el crimen o lo combate?

      2. Educar en valores desde casa y la escuela. Enseña que el respeto, el trabajo honesto y la legalidad sí importan, aunque no sean virales.

      3. Desnormalizar la corrupción y el abuso. No hacer chistes, no aplaudir ni participar en actos ilícitos “pequeños”. Todo suma o resta.

      4. Crear y promover contenidos alternativos. Apoya iniciativas culturales que celebran el arte, la justicia, la dignidad, la empatía.

      5. Denunciar con conciencia. Si detectas que en tu entorno se está glorificando el delito, levanta la voz. Hay formas legales de actuar.


Mientras no dejemos de ver al crimen como aspiración, será imposible combatirlo como amenaza.
La batalla por la seguridad se libra también en las canciones, los chistes, las pantallas y las conversaciones cotidianas.

No ganaremos esta guerra con balas, sino con cultura, conciencia y carácter.


En Grupo Paladín sabemos que la música tiene el poder de tocar corazones, abrir conciencias y sembrar esperanza. Por eso, como parte de nuestra campaña educativa “Por un Futuro más Seguro”, hemos creado dos temas musicales que no solo acompañan nuestra misión, sino que la hacen vibrar:

🔸 “Por un Futuro más Seguro” – Un himno a la prevención, a la conciencia ciudadana y al compromiso colectivo por la paz.

🔸 “Empezar Otra Vez” – Una canción que nos recuerda que siempre es posible recomenzar, sanar heridas y construir desde el amor y la voluntad de cambio.

Te invitamos a escucharlas, compartirlas y hacerlas tuyas.
Porque juntos, con corazón, conciencia y acción, podemos cambiar el rumbo.

 

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