Trastorno disocial

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Los trastornos de personalidad, sin duda, constituyen factores de riesgo para que una persona desarrolle comportamientos antisociales que pueden derivar, eventualmente, en conductas violentas o delictivas. Dentro de dichos trastornos, el Trastorno Disocial (TD) es considerado una de las formas más frecuentes de psicopatología en niños y adolescentes.

Un trastorno de esta naturaleza, en un individuo, se manifiesta por una serie de comportamientos que violan los derechos de otras personas, las normas y las reglas adecuadas para su edad. El TD se puede diagnosticar en una persona si ha presentado 3 o más de los siguientes criterios durante los últimos 12 meses y, por lo menos, 1 criterio durante los últimos 6 meses:

Agresión a personas o animales
Constantemente fanfarronea, amenaza o intimida a otrosManifiesta crueldad física con animales
A menudo inicia peleas físicasRoba enfrentándose a la víctima (atacando con violencia, arrebatando su bolso).
Ha llegado a utilizar armas que pueden causar daño físico grave a otras personas (bate, ladrillo, botella rota, navaja, pistola, palo).Ha forzado a alguien a alguna actividad de género
Manifiesta crueldad física con personas 



Destrucción de la propiedad
Provoca deliberadamente incendios con la intención de causar daños gravesDestruye deliberadamente propiedades de otras personas (útiles escolares, juguetes, ropa, etc.)



Fraudulencia o robo
Se mete sin permiso a la casa o el vehículo de otra personaRoba objetos de valor sin enfrentamiento con la víctima (robo en tiendas, dinero a los padres o familiares)
Miente para obtener bienes o favores para evitar obligaciones 



Violaciones graves de normas
Permanecen fuera de su casa de noche a pesar de las prohibiciones paternas, iniciando ese comportamiento antes de los 13 años de edadRealizan novillos (se van de “pinta” de la escuela) antes de los 13 años
Se escapan de su casa durante la noche por lo menos dos veces; o solo una vez si tardan en regresar un largo periodo 



Estas manifestaciones van generalmente unidas a una serie de situaciones familiares, sociales y escolares que aparecen en la etapa infantil y pueden continuar en la adolescencia y extenderse a la edad adulta y pueden considerarse de acuerdo a su gravedad como leves, moderadas o graves.

Este tipo de trastorno antisocial se ha incrementado durante las últimas décadas y es uno de los problemas diagnosticados con mayor frecuencia en los centros de salud mental para niños.

Por lo anterior, y con el ánimo de prevenir la evolución de un trastorno de esta naturaleza, lograr su control y evitar su extensión hacia la edad adulta, con las terribles consecuencias que acarrea para el individuo que lo padece, su familia, su comunidad y la sociedad en general, resulta importantísimo el informarse respecto del trastorno y conocer las mejores prácticas para ayudar y atender a la persona.

En ese sentido te recomendamos la lectura del documento de Vásquez MJ, Feria M, Palacios L, De la Peña F. (2010) Guía clínica para el Trastorno Disocial. Ed. Shoshana Berenzon, Jesús del Bosque, Javier Alfaro, María Elena Medina-Mora. México: Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. (Serie: Guías Clínicas para la Atención de Trastornos Mentales).

 

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