En México y América Latina, las formas de violencia evolucionan tan rápido como la tecnología. Hoy, no hace falta una pistola para dañar a alguien. Basta un teléfono, una cuenta falsa y un objetivo. Así nace el sicariato digital: una modalidad de ataque sistemático en redes sociales, usado para intimidar, acosar, difamar o silenciar voces críticas, especialmente mujeres, periodistas, activistas y defensores de derechos humanos.
Este fenómeno, aunque todavía no está tipificado penalmente de forma específica en México, ya es una realidad dolorosa y peligrosa, con consecuencias graves: daño psicológico, pérdida de reputación, amenazas físicas y, en algunos casos, desapariciones o asesinatos precedidos por campañas digitales de odio.
El término de sicariato digital se refiere a “La ejecución simbólica de una persona en el espacio virtual, mediante acoso masivo, amenazas, extorsión, difusión de información privada o ataques organizados a su imagen y seguridad.”
Los ataques pueden venir de bots, cuentas anónimas o perfiles falsos, y suelen seguir patrones repetitivos:
- Campañas de desprestigio
- Deepfakes o montaje de contenido íntimo
- Amenazas de muerte o violencia sexual
- Publicación de datos personales (doxing)
- Incitación a la violencia por parte de comunidades digitales
Quienes resultan mayormente afectados son:
- Mujeres jóvenes y creadoras de contenido con opinión pública
- Periodistas que denuncian corrupción o crimen organizado
- Activistas feministas y de derechos humanos
- Personas LGBT+ y líderes comunitarios
- Incluso funcionarios públicos con posturas críticas
Muchos de estos ataques son orquestados por grupos criminales o intereses políticos, con el fin de silenciar, aislar o castigar a quien “molesta” con su voz.
Las afectaciones a las víctimas resultan devastadores, ya que provocan:
- Ansiedad, depresión o retraimiento social
- Desconfianza generalizada y autocensura
- Renuncia a cargos, desaparición digital o exilio
- En algunos casos, los ataques digitales han sido antesala de agresiones físicas o desapariciones
Es importante prevenir y combatir este fenómeno. Por ello debemos:
- Informarnos sobre qué es y cómo opera el sicariato digital
- Apoyar a víctimas en lugar de reproducir ataques
- No compartir ni comentar contenido violento o falso
- Denunciar ante plataformas y, si es posible, ante instancias legales
- Presionar para que esta modalidad sea reconocida y tipificada como forma de violencia organizada
Adéntrate en este tema del sicariato digital y forma parte del frente común para prevenirlo.
Un clic puede herir tanto como una bala. El odio digital también mata. No seamos cómplices silenciosos: denunciemos, apoyemos y protejamos a quienes levantan la voz.