Acudir a una casa de empeño para obtener un préstamo y salir de un apuro, puede ser para muchos la mejor y más rápida opción, sin embargo, para otros representa el ser víctima de fraude o robo, considerando las artimañas y estafas que algunos pillos han desarrollado a lo largo del tiempo para operar en torno a este servicio.
Las casas de empeño son personas físicas o sociedades mercantiles no reguladas por leyes y autoridades financieras que, de forma habitual o profesional, realizan u ofertan al público contrataciones u operaciones de mutuo interés y garantía prendaria.
En otras palabras, prestan dinero a cambio de un bien o una prenda (alhajas, relojes, muebles, electrodomésticos, instrumentos musicales, monedas, computadoras, plumas finas, herramienta, vehículos, por mencionar algunos) dejado como garantía y un cobro de intereses.
De acuerdo con el INEGI, en México operan alrededor de 10,560 casas de empeño. La Procuraduría Federal del Consumidor tiene registradas, con contrato de adhesión, únicamente a 7,016, por lo que un 33.5% de éstas opera de manera irregular.
En el mercado existen básicamente dos tipos de casa de empeño:
- Instituciones de Asistencia Privada: no tienen fines de lucro y cobran intereses de forma mensual. Ejemplo: Nacional Monte de Piedad, Montepío Luz Saviñón, Fundación Rafael Dondé. Interés promedio (+/- 120%). Aunque sus intereses son menores, sus avalúos, con frecuencia, son bajos.
- Privadas mercantiles: tienen fines de lucro y cobran intereses, conforme al número de días que tengan la prenda en custodia. Interés promedio (+/- 250%). Muchas de las casas privadas, a pesar de estar constituidas mediante escritura, no están registradas ante la Profeco. A pesar de que sus avalúos suelen ser altos, sus intereses son igualmente altos.
Los clientes pueden verse afectados al firmar contratos agiotistas con intereses altísimos, engañados al subvalorar sus prendas al momento del empeño, o bien defraudados al ser cambiadas sus prendas, invalidarles refrendos de empeño, o incluso robados, por sustracción, cambio de razón social o desaparición de la empresa, junto con las prendas.
Si enfrentas un momento o situación que amerite solicitar un préstamo te recomendamos:
1. Buscar otras opciones.
Antes de acudir a una casa de empeño, agota las instancias con tu propio empleador, amigos o familiares, así como de instituciones bancarias que te ofrezcan créditos personales, créditos de nómina o tarjetas de crédito, ya que sus intereses son menores.
2. Conoce el procedimiento de empeño.
Entiende bien su funcionamiento, sus tiempos y procesos, identificando los formatos precisos, contratos y boletas, cerciorándote que aparezca el número de registro otorgado por la Profeco a la casa de empeño. Pide consejo y ayuda a algún familiar o amigo con experiencia en empeños.
3. Analiza el Costo Anual Total.
Antes de salir con tu prenda a la calle, visita al menos 3 casas de empeño para comparar, evaluar y tomar la mejor decisión. Analiza el costo anual que te ofrezcan, pues es un indicador que te permite identificar y evaluar todos los costos involucrados con tu préstamo: tasa de interés, comisiones, avalúo, gastos de almacenaje, entre otros. Ocúpate de verificar que la institución esté en la lista de casas registradas.
4. Prepárate para empeñar.
Saca fotografía de lo que vayas a empeñar, donde se aprecie sus características, estado y, si es el caso, número de serie. En el caso de piezas de oro, ocúpate de pesarlas previamente, tú mismo, en una báscula de precisión y anotar su peso, para verificar que coincida con el peso indicado del valuador.
5. Al acudir a empeñar.
Acude a primera hora evitando las horas pico, hazlo acompañado. Oculta y resguarda bien tu prenda en todo momento.
Al momento de estar frente al valuador y que conozcas el monto que te ofrecen por tu prenda, puedes aceptarlo o rechazarlo. Si aceptas, revisa que la boleta de empeño tenga tus datos generales, la descripción a detalle de tu prenda y las condiciones de recuperación de la misma.
Desconfía de personas o “coyotes” que, a la entrada o salida del lugar de empeño, te ofrezcan comprarte tu prenda o venderte boletas de empeño próximas a vencer por una cantidad menor a su valor, pues corres el riesgo de ser robado o timado.
Para abundar al respecto, te recomendamos la lectura del documento ¿Piensas empeñar? Todo lo que debes saber. Publicado por Condusef.