Reintegración y reincidencia

Newsletter - Reintegración y reincidencia

Toda estrategia de prevención de delito debe contemplar el problema de la reincidencia delictiva, es decir, el que una persona, objeto de una intervención de la justicia penal, cometa un nuevo delito. No obstante, para evitar dicha reincidencia, es preciso lograr una adecuada reintegración del individuo a la sociedad.

Las prisiones en el mundo han sido ampliamente criticadas por su ineficiente desempeño y falta de cumplimiento de sus objetivos. El encierro provoca más daño que beneficio no sólo al sujeto preso, sino a la comunidad, al devolverle personas, después de haber cumplido su condena, con mayores aptitudes delincuenciales que sociales.

Más allá del castigo que propone la prisión, existe dentro de ella un entorno de expresión delictiva donde la sobrepoblación, el consumo de drogas, la violencia cotidiana y las extorsiones, constituyen la dinámica carcelaria en el diario vivir de un preso, circunstancias que lo alejan necesariamente de la posibilidad de, algún día, reintegrarse adecuadamente a la sociedad.

El individuo preso, lejos de ocuparse de aprender las normas del buen vivir, se preocupa por sobrevivir en dicho entorno, donde la convivencia con la violencia y delincuentes de alta peligrosidad le ofrecerán, al salir, una mayor probabilidad de reinserción, con un mayor grado de capacitación, a su núcleo delictivo, en lugar de intentarlo con una sociedad que lo estigmatizará y, por ende, lo rechazará.

Ante esta situación, es preciso realizar una profunda reflexión respecto de lo que están haciendo las autoridades en los temas de reintegración y reincidencia pero, asimismo, lo que estamos, como sociedad, provocando al no ocuparnos de exigir e impulsar más y mejores programas, involucrándonos en ellos, para que garanticen una adecuada reinserción del individuo a la sociedad y, de esta forma, un menor nivel de reincidencia delictiva.

Si bien, como ciudadanos, estamos hartos de los delincuentes y cuando son detenidos deseamos hasta lincharlos, debemos reconocer que, como sociedad, somos nosotros mismos, en buena medida por nuestras acciones u omisiones, los causantes de los entornos adversos que favorecen la violencia y la delincuencia.

No podemos esperar que, por sí solo, el sistema penitenciario logre la reinserción y evite la reincidencia delictiva, es preciso involucrarnos todos en esa tarea.

Luego de tu reflexión, te recomendamos, para entrar en acción, consultar los documentos:

Manual introductorio sobre prevención de la reincidencia y reintegración social, publicada por Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, declaración de Doha Promover una cultura de legalidad.

¿Qué hacer con la reincidencia delincuencial? El problema y sus posibles soluciones, publicada por Fundación Ideas para la Paz.

 

Agregar comentario