Qué hacer para salvar a la policía

Newsletter - Qué hacer para salvar a la policía

Los policías encargados de velar por la seguridad de los mexicanos, son tradicionalmente señalados como ineptos y corruptos por una sociedad fastidiada de su ineficacia, abusos, actos de complicidad con los criminales y las omisiones que favorecen la comisión de delitos. No obstante, pocas veces son comprendidos y muchas menos reconocidos.

Si bien es cierto que la policía mexicana enfrenta, metafóricamente, un problema grave de salud, en el cual alguna parte de sus elementos están prácticamente desahuciados, resulta igualmente cierto que no todos al interior están enfermos, que existen personas que presentan ciertos síntomas, otras tantas que son vulnerables a enfermarse y que muchas otras se encuentran perfectamente sanas.

Más allá de continuar únicamente con las críticas a los policías, como sociedad, deberíamos informarnos para conocer y comprender la situación que enfrentan y buscar, a través de las instancias de participación ciudadana, las formas de paliar sus males y, eventualmente, lograr surestablecimiento y condición de salud, para beneficio de todos.

Según datos recientes de la Secretaría de Seguridad Pública, la fuerza policial nacional se encuentra conformada de la siguiente manera: Guardia Nacional (39.8%), Policías estatales (54.9%), Policía Ministerial (7.8%) y la Policía Federal Ministerial (1%), sumando un estimado de 358,883 elementos activos distribuidos en tareas de patrullaje, seguridad territorial, investigación y operativos especializados.

ELEMENTOS%INSTITUCIÓN
137,71639.8Guardia Nacional
189,73954.9Policía Estatal (INEGI, 2024)
3,5001.01Policía Federal Ministerial (FGR)
26,9287.8Policía Ministerial (Estatal)
 
TOTAL FUERZA POLICIAL
358,883100 


Estas cifras arrojan un promedio nacional de 1.4 policías estatales por cada mil habitantes, muy por debajo del estándar internacional recomendado por la ONU (2.8 por cada mil) y lejos del promedio europeo. Sólo la Ciudad de México supera ese umbral, con más de 4 policías por cada mil habitantes.

Existen otros factores que, sin embargo, siguen debilitando a las corporaciones policiales mexicanas:

      • De los 2,475 municipios, 745 no cuentan con policía municipal activa o registrada.
      • El 49.1% de los policías municipales gana entre $10,000 y $20,000 pesos mensuales, pero 11.9% aún percibe menos de $5,000 pesos.
      • Más del 60% de los policías municipales tiene únicamente educación básica.
      • Persiste un analfabetismo operativo cercano al 2%, especialmente en zonas rurales y de alta marginación.


Si a esto aunamos el concepto de ineptitud y de corrupción
en el que tenemos la mayoría de los ciudadanos a los policías y, encima de ello, observamos la falta de respeto y los insultos que se les profieren en cada oportunidad, el escenario donde se desempeñan estos servidores públicos no es nada prometedor.

Valdría la pena reflexionar en el hecho de que los actos de corrupción, y concretamente el delito de cohecho, lo comete tanto el que recibe, como el que otorga. ¿No será acaso que a lo largo de los años, a través de las dádivas y “mordidas” a los policías, fuimos sembrando pequeñas semillas de corrupción y que, pasado el tiempo, crecieron y se convirtieron en auténticas plantas carnívoras? ¿Podríamos aseverar que los fuimos condicionando de cierta manera, que se convirtió ya en un estilo de vida, tanto para ellos como para nosotros?

Se dice que cada pueblo tiene la policía que quiere y que merece, ¿qué policía merecemos y queremos en México?

¿Ganaremos algo únicamente criticando y denostando a nuestra policía? Es evidente que requieren una reestructura. Se está trabajando arduamente en ella, veremos seguramente cambios de forma y fondo en el corto, mediano y largo plazo a través de los nuevos modelos policiales; sin embargo, los ciudadanos no podemos simplemente cruzarnos de brazos y esperar a que las cosas se den por sí solas. Podemos y debemos coadyuvar a su dignificación y reconformación.

Nuestra policía está enferma, no permitamos que se convierta en una enfermedad crónica y ayudemos a su recuperación, pues para contar con niveles adecuados de seguridad, es preciso ayudarla a vivir.

La fórmula requerida se llama Participación Ciudadana, con la cual, a través de comités y observatorios ciudadanos, no sólo se pueden auditar y supervisar sus acciones, pues al mismo tiempo se debe estimular a los seres humanos que se encuentran debajo de cada uniforme, mostrándoles el respeto debido al tiempo mismo de obligarlos a cumplir con su deber y misión, de acuerdo con el rol que ellos mismos han asumido para desempeñar en nuestra sociedad.

Los mexicanos queremos y merecemos una buena policía, trabajemos juntos por ella. Para reportar a un policía “enfermo” en Ciudad de México, tanto para denunciar policías deshonestos como para felicitarlos, debes comunicarte directamente al Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, al teléfono 55 5533 5533 o en su sitio web www.consejociudadanomx.org

En el resto del país, lo recomendable es denunciar ante la Secretaría de la Función Pública a través de su sitio web: www.funcionpublica.gob.mx o al 01 80011 28 700.

 

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