El Banco Mundial acaba de publicar su más reciente análisis sobre América Latina y el Caribe, y la conclusión es contundente:El crimen organizado ya no solo es un problema de seguridad, es uno de los mayores obstáculos para el crecimiento económico, la gobernanza democrática y el bienestar social de la región.
Mientras nuestras economías luchan por crecer en un contexto internacional adverso, el crimen organizado avanza y captura territorios, mercados y hasta instituciones. Entre los principales hallazgos del informe destaca el hecho de que:
- 12 países de la región están entre los 50 más afectados por el crimen organizado a nivel mundial.
- Un tercio de los homicidios del mundo ocurre en América Latina, aunque la región apenas tiene el 9% de la población mundial.
- Grupos criminales controlan cárceles, barrios y territorios completos, operando redes de narcotráfico, tráfico de migrantes, minería ilegal y deforestación.
- La falta de oportunidades para los jóvenes alimenta el reclutamiento criminal: no siempre hay coacción, sino ofertas de “mejores sueldos” que la economía formal no puede igualar.
- Instituciones debilitadas: policías ineficientes, cárceles hacinadas y sistemas de justicia saturados permiten que la impunidad reine.
En este contexto, el crimen organizado provoca graves afectaciones al desarrollo porque
- Desincentiva la inversión privada y reduce la competitividad de las empresas.
- Incrementa el gasto público improductivo en seguridad, en lugar de invertir en salud, educación o infraestructura.
- Erosiona el capital humano: niños fuera de la escuela, jóvenes atrapados en ciclos de violencia.
- Degrada el capital natural a través de la minería ilegal y la deforestación.
- Debilita el Estado de derecho y la confianza en las instituciones.
De acuerdo con el Banco Mundial, debemos realizar diversas acciones:
- Recuperar el control de las cárceles y evitar que funcionen como oficinas del crimen organizado.
- Reformar las policías, priorizando su eficacia territorial y la investigación sobre la mera presencia.
- Fortalecer los sistemas de justicia para combatir la impunidad y desmantelar redes criminales complejas.
- Prevenir el reclutamiento juvenil, ofreciendo alternativas reales de ingreso y movilidad social.
- Coordinar acciones a nivel internacional, porque el crimen organizado no respeta fronteras.
- Invertir en datos e inteligencia, para entender mejor cómo operan las organizaciones criminales y anticiparse.
“El crimen organizado prospera donde falta el Estado… pero también donde falta esperanza.”
La violencia no solo mata cuerpos, mata futuros. Es hora de levantar la voz, reconstruir oportunidades y recuperar nuestros territorios desde la dignidad y la cooperación.
Conoce aquí el informe Maloney, William, Marcela Melendez and Raul Morales. 2025. Crimen Organizado y Violencia en América Latina y el Caribe. Informe Económico América Latina y el Caribe (Abril). Washington, DC: Banco Mundial. doi:10.1596/978-1-4648-2236-0. Licencia: Creative Commons Attribution CC BY 3.0 IGO.