Cómo establecer hábitos de seguridad

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Los expertos en materia de psicología señalan que, en 21 días, una persona puede cambiar un hábito, es decir, hacer o dejar de hacer algo.

En tan solo 3 semanas cualquier persona que se lo proponga puede adoptar o abandonar una costumbre, una idea o un pensamiento, siempre y cuando tenga la determinación de hacerlo y tenga, además, la disciplina suficiente para lograrlo.

La conformación de hábitos es un proceso en el cual la voluntad, la disciplina y el esfuerzo logran grandes cambios. Para implantar un nueva rutina, de manera consciente, es preciso dedicar unos cuantos minutos al día. De esa forma el cerebro va asimilando la nueva orden día tras día y, al cabo de 21 días, deja de ser un acto de voluntad para convertirse en un hábito.


Los hábitos de seguridad representan una de las fortalezas más grandes que puede poseer una persona para disminuir su nivel de riesgo y vulnerabilidad a ser victimizado.



No basta con conocer las recomendaciones del mejor manual de seguridad personal sino, más allá de ello, el lograr establecer, como hábitos, dichas recomendaciones.

En ese sentido, es preciso que, más allá del miedo a ser víctimas del delito, sean la razón y la lógica las que nos conduzcan al establecimiento de hábitos de seguridad.

Debemos considerar que, en mucho, las recomendaciones de los expertos en seguridad están basadas en el sentido común y que, si las llevamos a cabo de manera repetitiva y las logramos implementar en nuestras vidas y establecerlas como hábitos, vamos a disminuir considerablemente nuestro riesgo de ser una víctima más de la delincuencia.

Para establecer hábitos de seguridad vale la pena considerar lo siguiente:

      1. Selección de la actitud a cambiar.
        Es necesario identificar aquello que no estamos haciendo de manera correcta, o que pudiéramos hacer mejor, para disminuir nuestro nivel de riesgo. Ejemplo: caminar con seguridad en la calle.

      2. Análisis de los alcances del mal hábito.
        Se debe reconocer que el simple hecho de caminar en la calle eleva nuestro nivel de riesgo y debemos identificar la forma de disminuir o erradicar dicho riesgo: si camino en el mismo sentido de los vehículos puedo ser sorprendido por alguno que me aborde, pues me tomará por la espalda y, si acaso, debo y puedo correr, lo haré hacia cualquier otro lado, menos hacia el que me dirigía, pues el vehículo avanzará en ese mismo sentido.

        Por el contrario si camino en contrasentido de los vehículos, voy a percatarme de mejor forma de cualquier situación y podré reaccionar preventivamente ante ella. Si me aborda un vehículo, no me va a sorprender pues lo observaré al venir y, si acaso debo y puedo correr, lo haré en la misma dirección a la cual me dirigía, pues difícilmente el vehículo podrá seguirme al tener que ir de reversa en la calle.

      3. Razones por las cuales se considera cambiar el hábito.
        Aquí debemos enlistar los motivos que racionalmente existen para adoptar el hábito, lo cual nos llevará a tomar el compromiso con acción positiva: “voy a caminar en contrasentido de los vehículos, ya que de esa manera mi riesgo de ser atropellado será menor al tener oportunidad de reaccionar y, al mismo tiempo, mi riesgo de ser sorprendido por un vehículo que me aborde disminuirá al poder tener una reacción preventiva y salir corriendo, etc.”

      4. Determinación de la fecha para inicio del cambio y del establecimiento del hábito.
        En materia de seguridad, cuanto antes se adopten los hábitos será mejor. Lo ideal es iniciar el proceso de inmediato.

      5. Prepararse para entrar en el entorno.
        Los hábitos de seguridad, si bien son específicos, deben adoptarse de manera general, es decir, acompasadamente a otros hábitos que en el mismo entorno o escenario contribuyan a minimizar riesgos: al salir a caminar en la calle, además de hacerlo en contrasentido de los vehículos, se debe mantener un perfil bajo, evitando el uso u ostentación de joyas y accesorios, empleo de teléfonos móviles o dispositivos de reproducción musical.

        Se debe utilizar calzado son suela de goma bajo, que permita el caminar cómodamente y en caso de necesidad de correr se pueda hacer adecuadamente. Así, al llevar a cabo la acción, en este caso de caminar, lo haremos conscientes y con la voluntad de cumplir cabalmente con las recomendaciones de seguridad.

Es preciso que, por lo anterior, identifiques con la lectura del Manual de Seguridad, todos aquellos hábitos de seguridad que no posees y buscar la forma de implementarlos en tu vida. Si decides hoy implementar en tu vida los consejos de los expertos, y tienes la voluntad de llevarlos a cabo, verás que al cabo de 21 días te dejarás de preocupar en ellos, pues serán parte de tus costumbres y podrás ocuparte en el establecimiento de más y mejores hábitos de seguridad.

Para educar a tus hijos, recuerda que es preciso predicar con el ejemplo y que a ellos les será incluso más fácil adoptar un hábito seguro que corregir uno inseguro, si los orientas y los formas en la cultura de autoprotección, que será desde hoy muy valiosa para ellos y que los acompañará el resto de sus vidas.

Y… a propósito, ¿sabes cómo leer el Manual de Seguridad?, conoce nuestras recomendaciones para hacerlo de una forma distinta y efectiva.

 

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