Licenciado en Administración de Empresas, Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. Certificado como Oficial de Protección (CPO), International Foundation for Protection Officers, IFPO. Certificado como Directivo de Seguridad Integral.
Presidente del Comité de Seguridad para American Chamber (AMCHAM) MTY (2022-2024). Creador del Diplomado “Administración de Seguridad en Cadena de Suministro” con la Facultad de Derecho y Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Instructor del Diplomado “Ciclos productivos para la Policía Federal”.
Miembro del Comité de Seguridad para Empresas Globales, CEEG. De ASIS International, Capítulo México 217. Del Clúster de Seguridad de Nuevo León. Del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora (INDEX). De la Asociación Mexicana de Especialista en Seguridad Integral; AMEXSI y de la Asociación de Examinadores de Fraudes Certificados, ACFE.
Con una trayectoria de más de 25 años se ha desempeñado en empresas del sector Eléctrico, Farmacéutico, Tecnológico, Llantero, Automotriz y de Consumo. Actualmente se desempeña como Director de Seguridad para México y Centroamérica de una corporación multinacional francesa especializada en automatización digital y gestión de la energía.
La tercerización de servicios de seguridad, en algunos lugares conocida como outsourcing o servicios especializados dependiendo del país, es una estrategia mediante la cual una empresa contrata a un proveedor especializado para que se encargue de las funciones relacionadas con la seguridad física, patrimonial o incluso digital.
Esta modalidad permite a las organizaciones delegar responsabilidades operativas a expertos en el área, quienes cuentan con personal capacitado, tecnología adecuada y experiencia en la gestión de riesgos. La empresa contratante establece los lineamientos generales, pero es el proveedor quien ejecuta los servicios de seguridad.
En contraste, contar con un equipo de seguridad propio implica que la empresa asume directamente la contratación, formación, supervisión y administración del personal de seguridad. Esto otorga un mayor control sobre los procesos, pero también implica una carga administrativa considerable, así como mayores responsabilidades legales y laborales.
Por tanto, la tercerización, es una alternativa eficiente para empresas que buscan flexibilidad, especialización y reducción de costos, aunque requiere una gestión cuidadosa para asegurar que el proveedor cumpla con los estándares de calidad y normativos.
Es importante que las empresas de seguridad, al integrarse, conozcan la misión y visión de la empresa, así como sus valores y cultura, y se alineen con ellos, porque esto asegura que sus acciones y decisiones estén en concordancia con los objetivos y principios de la organización, promoviendo una colaboración más efectiva y una mayor cohesión en el entorno laboral.
Ventajas: Contratar seguridad privada a través de un proveedor ofrece múltiples beneficios. En primer lugar, permite acceder a personal especializado que ha sido previamente evaluado, capacitado y certificado por la empresa de seguridad.
La tercerización permite una mayor flexibilidad, ya que los servicios pueden ajustarse según las necesidades del negocio o riesgos socio organizativos de la región a los que se enfrentan, como en temporadas altas o eventos especiales. Así como mayor flexibilidad de poder hacer las evaluaciones correspondientes por la empresa de seguridad.
Otra ventaja importante es la transferencia de ciertos riesgos operativos y legales al proveedor. Por ejemplo, en caso de algún incidente laboral la responsabilidad recae directamente en la empresa de seguridad, sin embargo, no hay que olvidar que la empresa contratante aún mantiene una corresponsabilidad de asegurarse de que se cumplan las leyes y normativas aplicables y se evalúe de forma periódica su cumplimiento.
Por ejemplo, si un oficial de seguridad sufre una lesión dentro de las instalaciones de la empresa donde presta sus servicios, existe una corresponsabilidad. En este caso, la empresa de seguridad —como empleadora— debe asumir su parte, brindando el apoyo necesario a su trabajador, tanto en términos de costos como de responsabilidades legales.
Finalmente, muchas empresas de seguridad ofrecen soluciones integrales que incluyen tecnología avanzada, como videovigilancia, custodia de vehículos, protección ejecutiva, control de accesos y monitoreo remoto.
Desventajas: Entre las desventajas se encuentra la posible falta de sentido de pertenencia del personal tercerizado, lo que puede afectar su compromiso y desempeño; mismo que se puede manifestar en ausentismos, rotación del personal e inconformidades con el personal.
Por ejemplo, la rotación de personal alta es un problema común en las empresas de seguridad privada, las causas incluyen condiciones laborales, salarios bajos, falta de capacitación, etc.
Estas situaciones se ven reflejadas en una disminución en su desempeño y que podría tener graves consecuencias financieras, operativas hasta legales, haciendo a la empresa contratante más vulnerable ante situaciones de riesgo.
Además, la empresa contratante pierde cierto grado de control sobre la gestión diaria del personal, lo que puede dificultar la implementación de políticas internas específicas. También existe el riesgo de dependencia del proveedor, especialmente si este no cumple con los estándares esperados o enfrenta problemas financieros. Por ello, es fundamental establecer mecanismos de supervisión y evaluación continua como auditorías regulares y revisiones de desempeño.
En América Latina, la contratación de servicios de seguridad privada está regulada por leyes específicas que varían según el país, pero que en general buscan garantizar la legalidad, profesionalismo y respeto a los derechos laborales. Por ejemplo, en México, las empresas de seguridad deben registrarse ante la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y obtener una licencia de funcionamiento, así como permisos federales, estatales y municipales.
Uno de los aspectos más importantes como empresa contratante es verificar que la empresa de seguridad esté debidamente constituida y cuente con los permisos y licencias requeridos por las autoridades. Esto incluye registros ante organismos de seguridad pública, cumplimiento de normativas laborales y fiscales, así como certificaciones de capacitación del personal.
Es fundamental que el proveedor cumpla con todas las obligaciones laborales hacia sus empleados, como el pago de salarios justos, prestaciones de ley, seguridad social y condiciones laborales dignas. Por ejemplo, en Brasil, las empresas deben proporcionar a sus empleados beneficios como el décimo tercer salario y el Fondo de Garantía por Tiempo de Servicio (FGTS); en México, algunos beneficios son, el aguinaldo, que es un pago anual equivalente de al menos 15 días de salario, seguro social completo (IMSS), etc.
La empresa contratante también debe asegurarse de que el proveedor no incurra en prácticas de subcontratación ilegal, evasión fiscal, lavado de dinero o financiación del terrorismo, ya que podría enfrentar responsabilidades solidarias. Por ello, se recomienda realizar auditorías legales y financieras antes de firmar un contrato, así como incluir cláusulas que obliguen al proveedor a cumplir con todas las disposiciones legales aplicables.
La tercerización de servicios de seguridad conlleva ciertos riesgos que deben ser identificados y gestionados adecuadamente. Uno de los principales riesgos es contratar a una empresa que no esté legalmente constituida o que no cuente con los permisos necesarios para operar.
Esto puede derivar en sanciones legales, afectaciones a la reputación de la empresa contratante o pérdida de cobertura en caso de incidentes como por ejemplo, la empresa contratante podría no recibir compensación por daños debido a la falta de cobertura legal tal como el seguro de fidelidad (el seguro de fidelidad en empresas de servicios de seguridad es una póliza que protege a la empresa contra pérdidas económicas causadas por actos deshonestos o delictivos cometidos por sus propios empleados, como robo, fraude o malversación).
Otro riesgo importante es el incumplimiento de las obligaciones laborales por parte del proveedor, lo que puede generar conflictos laborales, demandas y responsabilidades solidarias.
Para mitigar estos riesgos, es recomendable realizar auditorías periódicas, tanto internas como externas, que verifiquen el cumplimiento de las obligaciones legales, financieras y operativas del proveedor.
Algunos de los factores que el departamento de compras toma en consideración, ya sea para una licitación a empresas de seguridad o como parte periódica de sus auditorías, son:
También existen factores a tomar en cuenta en materia de seguridad (determinados por los líderes de seguridad del sitio con base en las prioridades y operación de este):
Finalmente, se debe establecer claramente la relación entre la empresa contratante y el proveedor, diferenciando los roles de patrón y usuario final, esto implica definir claramente quién es responsable de la supervisión diaria y quién es responsable de las decisiones estratégicas para evitar confusiones legales y proteger a ambas partes.
Elegir una empresa de seguridad privada confiable requiere una evaluación exhaustiva de varios factores. En primer lugar, es fundamental investigar la reputación del proveedor en el mercado. Esto puede hacerse a través de referencias de otros clientes, revisión de casos de éxito, y análisis de su historial de cumplimiento legal y laboral. Una empresa con buena reputación suele ser más confiable y estar mejor preparada para enfrentar situaciones críticas.
Otro aspecto clave es la verificación de certificaciones y licencias. La empresa debe contar con todos los permisos requeridos por las autoridades necesarias, así como con certificaciones que avalen la capacitación de su personal y el uso de tecnologías adecuadas. Por ejemplo, en algunos países, las empresas de seguridad deben obtener certificaciones ISO para demostrar la calidad de sus procesos.
Actualmente, la norma ISO 18788 proporciona un marco de referencia para la operación de las empresas de seguridad privada que además de ser certificable, da certidumbre y confianza a las empresas contratantes. La experiencia también es un factor determinante: una empresa con trayectoria en el sector tendrá mayor capacidad para adaptarse a distintos entornos y necesidades.
Es recomendable evaluar la infraestructura tecnológica del proveedor, su capacidad de respuesta ante emergencias, y la calidad de sus procesos de supervisión y control. Todo esto debe complementarse con un contrato claro y detallado que establezca los niveles de servicio esperados, mecanismos de evaluación y penalizaciones por incumplimiento.
La medición de la calidad y el desempeño de una empresa de seguridad tercerizada es fundamental para garantizar que el servicio contratado cumpla con los estándares esperados y contribuya efectivamente a la protección de los activos de la organización.
Para ello, se deben establecer indicadores clave de desempeño de seguridad (KPIs, por sus siglas en inglés) que permitan evaluar de forma objetiva y continua la eficacia del servicio, por ejemplo, un KPI podría ser el porcentaje de cumplimiento de los turnos de vigilancia establecidos, es decir, si el proveedor mantiene el número de elementos acordado en el contrato y si estos cumplen con los turnos y horarios establecidos.
Otro indicador importante es la tasa de rotación del personal, ya que una alta rotación puede afectar la continuidad operativa y la calidad del servicio. También se debe medir el tiempo de respuesta ante incidentes o emergencias, lo cual refleja la capacidad de reacción del equipo de seguridad.
Además, se pueden aplicar encuestas de satisfacción interna, auditorías de cumplimiento, revisiones de bitácoras de rondines y análisis de reportes de incidentes. La implementación de sistemas tecnológicos como software de gestión de seguridad también facilita la recopilación y análisis de datos, así como monitorear en tiempo real las actividades del equipo de seguridad.
En conjunto, estos mecanismos permiten tomar decisiones informadas sobre la continuidad del contrato o la necesidad de ajustes en el servicio.
Aunque la tercerización implica delegar ciertas funciones a un proveedor, la empresa contratante no debe renunciar completamente al control sobre el servicio. De hecho, es esencial mantener un nivel de supervisión adecuado para asegurar que el proveedor cumpla con los estándares de calidad, normativas legales y políticas internas de la empresa contratante. Este control debe ejercerse a través de mecanismos formales y bien definidos desde el inicio de la relación contractual.
Uno de los primeros pasos es establecer un contrato detallado que especifique claramente los roles y responsabilidades de ambas partes, los niveles de servicio esperados, los indicadores de desempeño y las consecuencias por incumplimiento. Además, la empresa contratante debe designar a un responsable interno que supervise la operación del proveedor, revise reportes periódicos, participe en auditorías y mantenga una comunicación constante con la empresa de seguridad.
En América Latina es común que las empresas realicen auditorías periódicas a sus proveedores para verificar el cumplimiento de las obligaciones laborales.
Asimismo, debe asegurarse de que el proveedor cumpla con las obligaciones laborales hacia sus empleados, ya que en algunos países la ley contempla la responsabilidad solidaria en caso de incumplimientos. En resumen, el control debe ser colaborativo, preventivo y orientado a la mejora continua del servicio.
La incorporación de tecnologías modernas y estrategias de gestión innovadoras puede mejorar significativamente la eficiencia y efectividad de un servicio de seguridad tercerizado. Entre las tecnologías más utilizadas se encuentran los sistemas de control de asistencia, que permiten verificar en tiempo real la presencia del personal en sus puestos mediante dispositivos biométricos, tarjetas de proximidad o aplicaciones móviles con geolocalización.
Otra herramienta clave son los sistemas de rondines electrónicos, que registran los recorridos del personal de seguridad mediante puntos de control distribuidos en las instalaciones. Estos sistemas generan reportes automáticos que permiten verificar el cumplimiento de las rutas y horarios establecidos.
Además, los centros de control o centros de monitoreo (C4 o C5) permiten coordinar y supervisar las operaciones de seguridad mediante cámaras de videovigilancia, alarmas, sensores de movimiento y comunicación directa con los elementos en campo. A estas herramientas se suman el uso de drones, Inteligencia Artificial, equipos de inspección, etc.
En cuanto a estrategias, es fundamental implementar planes de capacitación continua, protocolos de actuación ante emergencias, simulacros periódicos y auditorías internas. También se recomienda establecer canales de comunicación eficientes entre la empresa contratante y el proveedor, así como fomentar una cultura de prevención y mejora continua. La combinación de tecnología y estrategia permite optimizar recursos, reducir riesgos y elevar la calidad del servicio.
Uno de los errores más frecuentes al tercerizar servicios de seguridad es asumir que el proveedor se encargará de todo sin necesidad de supervisión. Esta falta de involucramiento puede derivar en una disminución de la calidad del servicio, incumplimientos legales o incluso incidentes de seguridad. Otro error común es delegar la administración del contrato a personal no capacitado, lo que dificulta la evaluación objetiva del desempeño del proveedor y la toma de decisiones informadas.
También es habitual que las empresas seleccionen al proveedor únicamente con base en el precio, sin considerar otros factores como la experiencia, solvencia moral y financiera, reputación, cumplimiento normativo y capacidad tecnológica. Esta práctica puede resultar en la contratación de empresas poco profesionales o con antecedentes negativos. Asimismo, algunas organizaciones no establecen indicadores de desempeño ni mecanismos de evaluación, lo que impide detectar fallas a tiempo.
Para evitar estos errores, es fundamental mantener una colaboración constante con el proveedor, establecer un contrato claro y detallado, y designar a un responsable interno con conocimientos en gestión de seguridad. La tercerización debe ser vista como una alianza estratégica, no como una simple delegación de funciones.
La tercerización de servicios de seguridad está en constante evolución, impulsada por factores como el aumento de la inseguridad, la digitalización de procesos y la necesidad de optimizar recursos. En América Latina, el sector de la seguridad privada ha mostrado un crecimiento sostenido. Actualmente, en México, representa aproximadamente el 1.5% del PIB nacional y genera más de 900,000 empleos directos, lo que refleja su importancia económica y social.
Entre las tendencias más destacadas se encuentra la integración de tecnología avanzada, como inteligencia artificial, análisis de video en tiempo real, drones de vigilancia y sistemas de reconocimiento facial. Estas herramientas permiten una vigilancia más eficiente, proactiva y menos dependiente del factor humano. También se observa una creciente demanda de servicios especializados, como seguridad para eventos, protección ejecutiva y ciberseguridad, lo que obliga a las empresas proveedoras a diversificar su oferta.
Otra tendencia es la profesionalización del sector, con un mayor énfasis en la capacitación del personal, el cumplimiento normativo y la certificación de procesos. Se espera que en los próximos años la tercerización de seguridad evolucione hacia modelos más integrales, donde se combinen servicios físicos y digitales, y se priorice la prevención sobre la reacción.
Sin embargo, el verdadero reto actual no radica únicamente en las reformas laborales, como los cambios en las jornadas de trabajo, o políticas internas de cada país, sino en la escasez de talento humano. La falta de personal calificado, la baja competitividad salarial y la dificultad para atraer y retener talento representan desafíos críticos para el sector.
En este contexto, las empresas que logren innovar no solo en tecnología, sino también en estrategias de atracción y desarrollo de talento, serán las que lideren el mercado en los próximos años.
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