Controles de confianza en seguridad

Seguridad de adentro hacia afuera
Víctor Hugo Martínez Enciso

“El futuro del control de confianza combina ciencia, tecnología y humanidad.”

Víctor Hugo Martínez Enciso

Licenciado en Psicología con Posgrado en Criminología y Poder, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Diplomado en Políticas de Seguridad Nacional y Seguridad Pública, UNAM-Cámara de Diputados. En Liderazgo en Seguridad Integral, UDLAP Jenkins. En Administración de la Seguridad Física en Instalaciones Gubernamentales, Servicio de Protección Federal. En Desarrollo de Habilidades para el Dir. de Seg. Integral, UVM y Enlaces entre la Seguridad Pública y Privada (UNAM)

Copartícipe en la creación del Estándar de Competencias en Investigación Privada y Estándar de Productos de Inteligencia. Red CONOCER-SEP. Evaluador de Competencias Laborales. Certificado en Estándares: Analizar información para el desarrollo de productos de inteligencia, Investigación Privada para la Obtención de datos / elementos / objetos relacionados con un evento.

Por 6 generaciones instructor de “El Perfil del Perpetrador”, Diplomado “Ciclos Productivos” para Mandos de Policía Federal, Comisión Nacional de Seguridad, Secretaria de Gobernación, actualmente Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Gobierno de México. Miembro del Consejo Directivo de ASIS International México y Coordinador de su Comunidad de Investigaciones e Inteligencia.

En Pinkerton México (Primer Agencia de Detectives desde 1850 en EUA) fue Gerente de Desarrollo Comercial a nivel Nacional donde ofreció soluciones de Seguridad Integral, Investigaciones, Análisis de Riesgos, Asesorías, Protección Ejecutiva, Propiedad Intelectual y de Marcas a clientes locales y globales. Actualmente se desempeña como Socio-Director de una empresa especializada en Investigaciones e Inteligencia, Investigaciones digitales, así como Prevención y tratamiento en Fraudes.

 

Las evaluaciones de control y de confianza son procesos sistemáticos diseñados para recopilar, verificar y analizar información que permita valorar la integridad, honestidad y confiabilidad de una persona —sea candidato, empleado, proveedor o cliente—. Su objetivo principal es sustentar decisiones informadas en materia de contratación, permanencia o investigación interna, garantizando que quienes forman parte de la organización actúen dentro del marco ético, normativo y de cumplimiento institucional.

Existen Estándares Internacionales, Guidelines y Recomendaciones, además de los libros Protection of Assets de ASIS International y de la ACFE (Association of Certified Fraud Examiners), que orientan la aplicación de estas herramientas. Su implementación en empresas e instituciones permite reducir riesgos asociados al negocio, enfocados en la prevención, detección y tratamiento de conductas no éticas, tales como abuso de confianza, fuga de información, competencia desleal, sustracción de activos o fraude.

La investigación de antecedentes es un componente esencial del proceso de contratación. Antes de incorporar a una persona, resulta indispensable conocer su historial para disminuir riesgos que puedan afectar los activos, procesos, valores, marca o reputación de la empresa. En este ámbito, se emplean técnicas reconocidas como background checking, screening process, vetting y life style investigations.

Si bien la entrevista de Recursos Humanos y/o de investigación sigue siendo la herramienta más confiable para la obtención y análisis de información, las evaluaciones de control y de confianza no deben sustituirla, sino complementarla, fortaleciendo la toma de decisiones mediante criterios objetivos y verificables.

Estas evaluaciones deben ser realizadas por personal certificado, con experiencia profesional, sensibilidad a los valores de la organización y reconocimiento ético, a fin de asegurar procesos imparciales y técnicamente fundamentados.

El propósito de las evaluaciones es emitir un juicio de valor sustentado en normas internacionales que permita filtrar candidatos, evaluar su honestidad e integridad y determinar su idoneidad frente a un puesto o ante un posible incidente ético, de incumplimiento normativo o de carácter delictivo. Asimismo, fortalecen las áreas de Recursos Humanos e Investigación, promoviendo el desarrollo de técnicas especializadas de búsqueda, análisis y entrevista.

Ejes Fundamentales de Aplicación

  1. Pre-empleo: Reclutamiento y Selección.
    Estas evaluaciones comienzan antes de que un colaborador se incorpore a la organización. Reclutar y seleccionar bajo criterios sólidos y procesos transparentes permite reducir riesgos futuros y asegurar que el personal esté alineado con la cultura ética y de cumplimiento corporativo.
  2. Permanencia: Recursos Humanos, Prevención de Pérdidas, Prevención del Fraude y/o Seguridad.
    Para empleados en puestos estratégicos, se aplican evaluaciones periódicas de permanencia, con el fin de garantizar que sigan cumpliendo con los estándares de integridad y desempeño esperados.
  3. Investigación: Recursos Humanos, Prevención de Pérdidas, Prevención del Fraude y/o Seguridad.
    Se utilizan en casos específicos cuando se presenta un incidente ético, de incumplimiento normativo o de procesos, o bien asociado a un posible comportamiento delictivo, tanto en empleados como en proveedores o clientes.


Objetivos Específicos de las Evaluaciones de Control y de Confianza

      • Evaluar la integridad y confiabilidad de un individuo.
      • Identificar cuando una persona omite, retiene o falsea información relevante.
      • Detectar conductas o antecedentes no declarados que puedan implicar riesgo.
      • Prevenir daños o pérdidas patrimoniales derivados de actos deshonestos.
      • Verificar que el personal activo actúe conforme al marco ético y normativo de la organización.

Las evaluaciones de control y de confianza comprenden un conjunto de pruebas técnicas, psicológicas y socioeconómicas diseñadas para valorar la integridad, confiabilidad y estabilidad emocional del personal estratégico y de seguridad. Su propósito es prevenir riesgos asociados al desempeño laboral, la manipulación de información sensible y la toma de decisiones en entornos de alta responsabilidad.

Los principales tipos de pruebas utilizadas en estos procesos son:

Evaluación Psicológica. Consiste en la aplicación de pruebas psicológicas especializadas de acuerdo con el perfil del puesto. Permite conocer los rasgos de personalidad, temperamento, carácter, adaptabilidad, tolerancia a la frustración, habilidades de liderazgo, intereses, motivaciones y estilo de trabajo del evaluado.
Estas pruebas determinan la capacidad del individuo para enfrentar la presión, manejar conflictos, mantener la estabilidad emocional y actuar conforme a los valores institucionales.

Tipos de pruebas incluidas:

      • Pruebas de aptitud: miden inteligencia general, razonamiento lógico y habilidades técnicas, administrativas u operativas.
      • Pruebas de personalidad: aplican inventarios estandarizados y tests proyectivos para identificar rasgos dominantes, tendencias de comportamiento y posibles riesgos emocionales.
      • Pruebas de honestidad, integridad o confiabilidad: evalúan predisposición a la veracidad, compromiso ético y cumplimiento de normas.

Background Check Nacional e Internacional. Se realiza una verificación integral de antecedentes judiciales y administrativos, tanto en México como en otros países, para detectar registros legales o procesos relacionados con la persona evaluada.

Incluye la revisión de más de 300 millones de registros del Poder Judicial en materias mercantil, administrativa, penal, laboral y civil, permitiendo obtener una visión completa de los antecedentes del individuo desde 1996 a la fecha.

Estudio Socioeconómico a Profundidad. Este estudio corrobora la información proporcionada por el evaluado mediante investigación documental y de campo. Se valida su entorno familiar, laboral, educativo, económico y social.

El proceso incluye:

      • Verificación de documentos y entrevistas domiciliarias.
      • Evaluación de factores familiares, económicos, educativos y de endeudamiento.
      • Entrevistas con vecinos o referencias personales.
      • Registro fotográfico del evaluado y su entorno.

El objetivo es conocer el nivel de estabilidad económica, social y moral de la persona, así como detectar posibles riesgos de vulnerabilidad o conflictos de interés.

Evaluación de Antidoping. Su finalidad es prevenir riesgos derivados del consumo de sustancias prohibidas como cocaína, marihuana, metanfetaminas, tachas y éxtasis, especialmente en puestos de confianza o con acceso a información sensible.

El consumo de drogas eleva la probabilidad de accidentes, propicia comportamientos impulsivos y puede vincular al individuo con redes delictivas, por lo que esta prueba es clave para determinar la idoneidad del candidato.

Entrevistas y Evaluación Poligráfica. La evaluación poligráfica mide reacciones fisiológicas de una persona (respiración, ritmo cardiaco, presión sanguínea y conductancia de la piel) mientras responde preguntas estructuradas.

Este procedimiento compara los resultados con los patrones fisiológicos de la misma persona y permite detectar falsedad, omisión de información o admisión de conductas indebidas.

Su objetivo principal es verificar la veracidad de la información proporcionada, detectar ocultamientos intencionales, identificar actos no declarados y evaluar la integridad ética y confiabilidad del individuo.

La confiabilidad de los resultados del Polígrafo se considera alta, siempre que sea aplicada por personal certificado y bajo protocolos reconocidos internacionalmente.

VSA – Voice Stress Analyzer. El Analizador de Estrés de Voz (VSA) es una herramienta tecnológica que detecta variaciones involuntarias en la voz provocadas por el estrés psicológico que surge al mentir u ocultar información. Analiza las microtensiones en la frecuencia y amplitud del tono de voz durante entrevistas o conversaciones, sin evaluar el contenido verbal.

Aunque su aplicación es útil en procesos de investigación preliminar o de monitoreo, su nivel de confiabilidad es bajo en comparación con el polígrafo, por lo que se utiliza como complemento y no como herramienta determinante.

En conjunto, estas pruebas permiten valorar integralmente la confiabilidad, integridad y estabilidad del personal de seguridad, fortaleciendo los procesos de reclutamiento, permanencia e investigación dentro de las organizaciones, y asegurando que quienes integran las áreas críticas actúen bajo principios éticos, legales y de lealtad institucional.

Un proceso de evaluación de personal estratégico debe diseñarse con un enfoque integral que permita identificar, medir y verificar la idoneidad, confiabilidad y estabilidad del candidato o colaborador. Este proceso combina etapas de análisis documental, evaluación técnica, psicológica y ética, junto con mecanismos de verificación de antecedentes y seguimiento continuo. En mi opinión la estructura recomendada debe ser la siguiente:

  1. Reclutamiento y Preselección. Esta etapa tiene como propósito asegurar que los aspirantes cumplan con el perfil profesional, técnico y ético requerido por la organización.

    • Definición del perfil de puesto: se establecen las competencias técnicas, físicas, éticas y psicológicas necesarias.
    • Revisión de CV y validación de documentos: verificación de autenticidad de certificados, antecedentes laborales e identificaciones.
    • Entrevista inicial: enfocada en valores, responsabilidad, antecedentes personales y motivaciones para el puesto.

  2. Verificación de Antecedentes. Permite constatar la veracidad de la información proporcionada por el candidato y detectar posibles riesgos de confianza o integridad.

    • Antecedentes laborales: llamadas de referencia y validación con empleadores anteriores.
    • Antecedentes judiciales y policiales: comprobación de inexistencia de historial delictivo.
    • Historial crediticio: evaluación del comportamiento financiero, que refleja responsabilidad y manejo ético de recursos.
    • Estudio socioeconómico: análisis de estabilidad y entorno familiar, educativo y laboral.
    • Estilo de vida: verificación de congruencia entre ingresos, nivel de vida y conducta observada.

  3. Evaluaciones Psicológicas. Las pruebas psicométricas son herramientas estandarizadas que permiten medir características psicológicas, emocionales y conductuales. Evalúan inteligencia, estabilidad emocional, honestidad, autocontrol, capacidad de respuesta ante crisis y adaptación a la cultura organizacional. Estas pruebas son esenciales para identificar perfiles compatibles con los valores institucionales y la responsabilidad del cargo.

  4. Evaluación de Confianza. Complementa las pruebas anteriores mediante la verificación directa de integridad y conducta ética.

    • Estudio socioeconómico: visitas domiciliarias y entrevistas con el entorno cercano.
    • Pruebas de control de confianza: cuestionarios estructurados y entrevistas enfocadas en veracidad e integridad.
    • Polígrafo: aplicado en casos de mayor sensibilidad, para verificar coherencia, admisiones u omisiones relevantes.
    • Antidoping: detección de consumo de sustancias que puedan comprometer el desempeño o la seguridad.

  5. Evaluaciones Médicas. Exámenes clínicos generales y pruebas toxicológicas que buscan descartar enfermedades o condiciones que afecten la capacidad de desempeño, la estabilidad emocional o la confiabilidad del evaluado.

  6. Capacitación Inicial e Inducción. Incluye programas de formación ética y cumplimiento normativo, orientados al conocimiento del código de conducta, protocolos internos, responsabilidad penal y uso adecuado de la información. Esta etapa refuerza la cultura institucional de legalidad, prevención y autocontrol.

  7. Periodicidad y Revaluaciones. El control de confianza no concluye con la contratación. Deben realizarse evaluaciones periódicas, preferentemente anuales, para garantizar que el personal mantenga las condiciones de confiabilidad requeridas. Incluye monitoreo de desempeño, reportes de incidentes, cumplimiento de protocolos y retroalimentación continua por parte de los mandos directos.

  8. Toma de Decisiones y Seguimiento. Cada candidato o colaborador debe contar con un expediente individual de evaluación, que integre todos los resultados y observaciones del proceso. Las decisiones deberán basarse en criterios objetivos, verificables y documentados, evitando juicios subjetivos. En caso de detectarse riesgos o áreas de atención, se implementarán planes de seguimiento, tales como apoyo psicológico, reubicación o, en casos graves, baja definitiva.

Este proceso estructurado no solo garantiza la selección responsable de personal de seguridad, sino que también fortalece la cultura institucional de ética, transparencia y prevención de riesgos, asegurando que cada integrante contribuya activamente a la protección de los activos, las personas y la reputación de la organización.

En América Latina, la mayoría de los países regulan la actividad de la seguridad privada mediante leyes nacionales o sectoriales que establecen requisitos de operación, licencias empresariales y controles sobre el personal que presta los servicios. Estas disposiciones suelen incluir procedimientos de selección, verificaciones de antecedentes, formación profesional y exámenes médicos o psicológicos, con el fin de garantizar la confiabilidad y aptitud del personal.

Asimismo, en casi todos los países, el uso de evaluaciones de control de confianza —como el polígrafo, estudios socioeconómicos o verificaciones de integridad— está vinculado al cumplimiento de normas de protección de datos personales y al principio del consentimiento informado. Los principales marcos normativos por país son los siguientes:

México. El sector se rige por la Ley Federal de Seguridad Privada y sus reglamentos, que establecen requisitos de registro, operación y certificación para empresas del ramo. Existen además instrumentos nacionales para la certificación y control de confianza del personal operativo y administrativo.

El tratamiento de datos personales, incluidos los resultados de evaluaciones de confianza, está regulado por la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares, la cual exige base jurídica y consentimiento informado del evaluado. Fuente: Cámara de Diputados.

Perú. La actividad de seguridad privada está regulada por el Decreto Legislativo 1213 y normas complementarias emitidas por la SUCAMEC y el Ministerio del Interior (MININTER). Las denominadas “pruebas de control y confianza” se aplican tanto en el sector público como en el privado para personal considerado sensible. Su aplicación debe cumplir con normas de consentimiento, alcance, confidencialidad y prohibiciones específicas. Fuente: Gobierno del Perú.

Colombia. La autoridad competente es la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, encargada de supervisar y regular el sector. La normativa exige requisitos técnicos, verificaciones de antecedentes y certificaciones tanto para las empresas como para su personal operativo y directivo. Además, el manejo de la información derivada de las evaluaciones se rige por la Ley 1581 de 2012, sobre Protección de Datos Personales, que garantiza la confidencialidad y el uso legítimo de los resultados. Fuente: Supervigilancia, Colombia.

Chile. La Ley N.º 21.659 (cuyo reglamento fue publicado en 2025) moderniza el marco jurídico de la seguridad privada. Esta legislación incorpora obligaciones estrictas para las empresas, establece estándares mínimos para el personal de seguridad y refuerza la protección de datos personales en el manejo de información sensible. Fuente: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (bcn.cl).

Argentina. El marco regulatorio federal en materia de seguridad privada y pruebas de integridad ha sido objeto de actualizaciones y resoluciones específicas del Ministerio de Seguridad, que regulan o limitan el uso del polígrafo en ciertos contextos laborales. Asimismo, la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales condiciona la aplicación de estas pruebas al consentimiento del evaluado y a la confidencialidad de los resultados. Fuente: argentina.gob.ar.

Brasil y otros países de la región. Brasil —al igual que gran parte de la región— cuenta con marcos regulatorios nacionales y estatales que exigen el registro de empresas, la capacitación del personal y controles de integridad. El uso de tecnologías de detección de veracidad como el polígrafo o el Voice Stress Analyzer (VSA) se evalúa caso por caso, sujeto a limitaciones legales, respeto a los derechos laborales y protección de datos personales. Otros países de América Latina siguen esquemas similares, adaptados a sus marcos locales y jurisdicciones específicas. Fuente: Estudios y normativa sectorial disponible por país.

En síntesis, América Latina avanza hacia la profesionalización y regulación uniforme del control de confianza en la seguridad privada. Aunque los enfoques varían, existe un consenso regional: las evaluaciones deben realizarse con criterios técnicos, base legal clara, personal certificado y absoluto respeto a los derechos humanos y la protección de datos personales.

El polígrafo y otras herramientas tecnológicas —como el VSA (Voice Stress Analyzer), los softwares de análisis de comportamiento no verbal, las pruebas psicométricas en línea o los sistemas digitales de verificación de antecedentes— desempeñan un papel complementario en la evaluación de candidatos para puestos estratégicos o de seguridad.
Si bien aportan información valiosa sobre la confiabilidad, honestidad y estabilidad emocional, no deben considerarse métodos únicos ni infalibles, sino herramientas de apoyo dentro de un proceso integral y documentado de control de confianza.

Estas tecnologías permiten ampliar la perspectiva del evaluador al explorar áreas críticas como el consumo de drogas, historial delictivo, vínculos con actividades ilícitas o actitudes de riesgo, contribuyendo a la prevención y detección temprana de conductas incompatibles con la ética y la responsabilidad institucional.

Ventajas

      • Disuasión preventiva: el conocimiento por parte de los candidatos de que se aplican herramientas avanzadas inhibe conductas de ocultamiento o falsedad.
      • Mayor profundidad: facilitan la detección de inconsistencias entre la información declarada y el comportamiento observado, fortaleciendo la toma de decisiones.
      • Selección más estricta: resultan especialmente útiles para puestos de alta sensibilidad, como seguridad patrimonial, transporte de valores, protección ejecutiva o funciones con acceso a información crítica.


Limitaciones

      • No garantizan certeza absoluta: ni el polígrafo ni el VSA pueden asegurar una verdad total. Su eficacia depende del cumplimiento de protocolos estandarizados, del entrenamiento del evaluador y de las condiciones físicas y psicológicas del examinado.
      • Aspectos legales y éticos: en varios países de América Latina su aplicación está regulada o restringida. Siempre debe contar con consentimiento informado y cumplir con las normas de protección de datos personales.
      • Riesgo de abuso o mala interpretación: las decisiones basadas únicamente en estas pruebas pueden ser impugnadas ante instancias laborales o judiciales si no se acompañan de otros elementos objetivos de evaluación.

El polígrafo y las herramientas tecnológicas de verificación deben entenderse como instrumentos de apoyo dentro de un proceso más amplio de evaluación integral de control y confianza. Su valor radica en reforzar la selección y aumentar el nivel de control y disuasión, pero no en sustituir la valoración profesional, las entrevistas estructuradas ni los mecanismos éticos de decisión.

Por su confiabilidad relativa y sus implicaciones legales, su uso debe ser prudente, proporcional y documentado, asegurando que las decisiones finales se basen en un análisis multidimensional, que integre resultados técnicos, entrevistas, antecedentes y observaciones de desempeño.

La persona responsable de las entrevistas y del análisis de resultados de las evaluaciones de control y confianza deberá, en conjunto con los directivos o responsables de la empresa, determinar los criterios de valoración y la interpretación final de los resultados, garantizando así decisiones informadas, objetivas y alineadas a los valores institucionales

Para asegurar la legalidad y la ética en los procesos de evaluación y control de confianza, las empresas deben aplicar principios claros de cumplimiento normativo, respeto a los derechos humanos, confidencialidad y transparencia. El objetivo es equilibrar la necesidad de prevenir riesgos con la obligación de proteger la dignidad y los derechos de los evaluados. En mi opinión los pasos esenciales para garantizar dicho equilibrio deben ser:

1 - Conocer y respetar el marco legal y regulatorio del país. Cada empresa debe asegurarse de que sus procedimientos están alineados con las leyes locales sobre seguridad privada, legislación laboral, protección de datos personales y derechos humanos. Es recomendable revisar periódicamente sus políticas y manuales internos para garantizar su congruencia con la normativa vigente y con estándares éticos internacionales.

2 - Obtener consentimiento informado y garantizar los derechos del evaluado. Antes de aplicar cualquier evaluación, es indispensable contar con el consentimiento libre, expreso e informado del candidato o colaborador. Asimismo, se debe garantizar la no discriminación: las pruebas nunca deben vulnerar derechos por razones de género, edad, religión, nacionalidad, orientación sexual o condición de salud. El participante debe conocer con claridad la finalidad, el alcance, el procedimiento y las posibles consecuencias de la prueba.

3 - Aplicar pruebas únicamente a puestos críticos y como parte de un proceso integral. Las evaluaciones de control de confianza deben limitarse a los puestos de alto riesgo o sensibilidad (por ejemplo, seguridad patrimonial, transporte de valores o manejo de información confidencial). Además, deben formar parte de un proceso integral de evaluación, complementado con entrevistas, verificaciones de antecedentes, estudios socioeconómicos y revisiones de desempeño.

4 - Mantener la confidencialidad, transparencia y registro documentado. Toda la información recabada debe manejarse bajo estrictos criterios de confidencialidad y seguridad. Se deben establecer mecanismos para el acceso restringido a expedientes, así como sistemas de almacenamiento seguro y trazabilidad documental, garantizando que los datos solo sean utilizados con los fines autorizados y por personal autorizado.

5 - Revisar y auditar periódicamente a proveedores externos. Cuando las pruebas sean aplicadas por terceros —como empresas especializadas en poligrafía o análisis de voz (VSA)—, la organización debe auditar periódicamente sus métodos, personal y protocolos para asegurar que cumplan con estándares de calidad, imparcialidad, confidencialidad y ética profesional.


Cumplir con la legalidad y la ética en las pruebas de control de confianza no solo protege a las personas evaluadas, sino que también fortalece la credibilidad institucional y la cultura de integridad corporativa. Una empresa que respeta estos principios construye entornos laborales más justos, transparentes y confiables, consolidando su compromiso con la seguridad y los derechos humanos.

La aplicación de pruebas de control y de confianza requiere criterio técnico, formación acreditada y apego a principios éticos y legales. Sin embargo, en la práctica se cometen errores frecuentes que pueden comprometer la validez de los resultados, la seguridad jurídica de la empresa y la integridad de las personas evaluadas. Los errores más comunes y las medidas para evitarlos son:

1 - Mala interpretación de resultados. Uno de los errores más graves ocurre cuando los resultados son analizados por evaluadores sin formación acreditada, certificación vigente o experiencia suficiente. Esto conduce a interpretaciones erróneas, generando falsos positivos o falsos negativos, que pueden ocasionar la pérdida de talento confiable o la incorporación de personal no apto.

Cómo evitarlo:

        • Asegurar que las evaluaciones sean realizadas e interpretadas por personal certificado y actualizado en técnicas psicométricas, poligráficas o de análisis conductual.
        • Establecer un protocolo de revisión y validación cruzada de resultados, evitando decisiones basadas en una sola opinión o lectura superficial.

2 - Uso de las pruebas como única base de decisión. Otro error frecuente es utilizar el resultado de una prueba como único criterio para contratar, despedir o promover a una persona. Este enfoque reduccionista desconoce la naturaleza complementaria de las evaluaciones de confianza y puede derivar en decisiones injustas, demandas laborales o impugnaciones legales por discriminación o arbitrariedad.

Cómo evitarlo:

        • Integrar los resultados dentro de un proceso de evaluación integral, junto con entrevistas, antecedentes laborales, desempeño, referencias y observaciones de conducta.
        • Documentar las decisiones con criterios objetivos y múltiples fuentes de evidencia.

3 - Falta de consentimiento informado. Aplicar evaluaciones sin explicar al participante su finalidad, alcance, procedimiento y posibles consecuencias constituye una falta ética y legal. La ausencia de consentimiento informado puede implicar violaciones a los derechos laborales y a la Ley de Protección de Datos Personales, especialmente si los resultados se comparten sin autorización o sin medidas adecuadas de seguridad. Las consecuencias pueden incluir sanciones administrativas, daños reputacionales y responsabilidad jurídica para la empresa.

Cómo evitarlo:

        • Garantizar que cada evaluado firme un consentimiento informado, que describa claramente los objetivos, la confidencialidad y el tratamiento de los datos.
        • Resguardar toda la información bajo protocolos de seguridad, privacidad y acceso restringido.
        • Realizar auditorías internas periódicas para verificar el cumplimiento legal y ético en los procedimientos.

 

Evitar estos errores requiere profesionalizar el proceso de evaluación, fortalecer los mecanismos de supervisión y control interno, y consolidar una cultura organizacional basada en la transparencia, el respeto y la responsabilidad. Solo así las pruebas de control y confianza cumplirán su verdadero propósito: fortalecer la integridad institucional sin vulnerar los derechos de las personas.

Cuando un candidato no aprueba una evaluación de control y de confianza, la empresa debe actuar con prudencia, objetividad y apego a procedimientos documentados, evitando decisiones precipitadas que puedan derivar en conflictos legales o en la pérdida de talento valioso. Las medidas recomendadas son las siguientes:

1 - Revisar los resultados cuidadosamente. Antes de tomar cualquier decisión, es fundamental analizar los resultados de manera integral y técnica. Debe verificarse que las pruebas se hayan aplicado correctamente, bajo condiciones controladas y por un evaluador certificado, asegurando que el proceso haya cumplido con los estándares metodológicos y éticos establecidos.

2 - Verificar la consistencia de los hallazgos. Los resultados deben contrastarse con antecedentes laborales, entrevistas, referencias y otras evaluaciones complementarias.
El objetivo es confirmar la coherencia de los hallazgos y evitar conclusiones basadas únicamente en una herramienta de evaluación.

3 - Considerar la posibilidad de falsos positivos. Las pruebas pueden arrojar resultados alterados o inexactos debido a factores como:

        • Estrés o ansiedad del evaluado.
        • Problemas de salud o condiciones emocionales temporales.
        • Diferencias culturales o lingüísticas.
        • Impericia o sesgo del evaluador.


Por ello, se recomienda revisar cada caso con criterio profesional y, de ser necesario, repetir la prueba o solicitar una segunda opinión técnica.

4 - Tomar decisiones documentadas y objetivas. Toda decisión derivada de una evaluación debe basarse en criterios verificables y acompañarse de un expediente completo que respalde el proceso. Esto incluye los reportes técnicos, entrevistas, dictámenes y observaciones del área de recursos humanos o seguridad corporativa.

Buenas prácticas:

        • Registrar las acciones y fundamentos de la decisión final.
        • Evitar decisiones arbitrarias o sustentadas únicamente en un resultado de prueba.
        • Conservar los expedientes ante posibles auditorías o reclamos legales.


5 - Dar oportunidad de réplica o aclaración al evaluado.
El candidato o colaborador debe tener la posibilidad de explicar o contextualizar los resultados, especialmente si considera que algún factor externo pudo haber afectado su desempeño. Escuchar y analizar su versión contribuye a un proceso más justo, transparente y conforme a los principios de derechos humanos y debido proceso.

Las pruebas de control y confianza son herramientas de apoyo, no determinantes absolutas.

Su correcta interpretación, la revisión de evidencias complementarias y la adopción de decisiones documentadas y éticas garantizan que el proceso sea justo, confiable y legalmente sólido, fortaleciendo la integridad institucional y la protección de los derechos de las personas evaluadas.

Los resultados de las evaluaciones de control y confianza deben interpretarse de manera integral y contextual, evitando juicios aislados o decisiones precipitadas basadas únicamente en una prueba. El análisis debe ser técnico, multidimensional y sustentado en evidencia verificable.

1 - Interpretación integral de resultados. Las pruebas aplicadas forman parte de una estructura de evaluación más amplia, y no deben considerarse de manera independiente o definitiva. Cada resultado representa una pieza del rompecabezas, cuya interpretación final debe realizarse en conjunto con los expertos en evaluación, el área de recursos humanos y la alta dirección, quienes son responsables de la toma de decisiones informadas.

Buenas prácticas:

        • Integrar los resultados con otros elementos del proceso de selección o permanencia, como entrevistas, referencias, desempeño previo o antecedentes laborales.
        • Recordar que un resultado positivo o negativo no determina por sí solo la idoneidad o confiabilidad de un candidato.


2 - Análisis de consistencia y contexto.
Antes de tomar una decisión de contratación o permanencia, se debe verificar la coherencia de los resultados con la información previa y con el entorno del evaluado.

En procesos de pre-empleo

        • Contrastar los resultados con antecedentes laborales, referencias personales, historial académico y profesional.
        • Confirmar que la información sea consistente y verificable.

En evaluaciones de permanencia o específicas

        • Incluir antecedentes del caso o incidente que motivó la evaluación: denuncias éticas, diferencias en inventarios, registros de acceso, videovigilancia, reportes de desempeño o cualquier otro documento relacionado.
        • Asegurar que las conclusiones se basen en evidencia objetiva y contextualizada.

3 - Considerar factores que pueden influir en los resultados. La interpretación de los resultados debe contemplar posibles variables externas o personales que afecten el desempeño del evaluado durante la prueba. Entre ellas destacan:

        • Estrés o ansiedad al momento de la evaluación.
        • Factores culturales o de lenguaje, especialmente en evaluaciones estandarizadas internacionalmente.
        • Condiciones de salud física o mental que puedan alterar respuestas o reacciones fisiológicas.

 

La interpretación responsable de las evaluaciones requiere visión sistémica y criterio profesional, evitando decisiones simplistas. Solo mediante un proceso que combine datos objetivos, análisis contextual y deliberación ética, es posible tomar decisiones de contratación o permanencia justas, fundamentadas y alineadas con los principios de integridad y seguridad organizacional.

La evolución de las metodologías de evaluación de control y confianza ha incorporado herramientas tecnológicas, modelos analíticos y enfoques multidimensionales que fortalecen la confiabilidad de los procesos de selección en el ámbito de la seguridad. Estas innovaciones buscan reducir riesgos, elevar la precisión diagnóstica y garantizar la legalidad y ética en la toma de decisiones.

1 - Integración de tecnología y analítica avanzada

        • Big Data y análisis predictivo: uso de algoritmos para cruzar antecedentes laborales, judiciales y sociales, identificando patrones de riesgo o posibles conductas desviadas.
        • Software de análisis de comportamiento digital: evalúa la consistencia en las respuestas de cuestionarios en línea y detecta indicadores tempranos de riesgo.
        • Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning: predicen la probabilidad de incumplimiento ético o conducta de riesgo, a partir de datos históricos y contextuales.


2 - Evaluaciones psicométricas más sofisticadas

        • Incorporan pruebas que miden personalidad, ética, confiabilidad y tolerancia al riesgo con mayor validez científica.
        • Desarrollan modelos integrados que combinan honestidad, integridad, inteligencia emocional y resiliencia.
        • Se utilizan plataformas digitales que facilitan la evaluación simultánea de grandes volúmenes de candidatos, de manera objetiva y estandarizada.


3 - Modelos de evaluación integral

        • Combinan pruebas psicométricas, estudios socioeconómicos, antidoping y verificación de antecedentes en un solo proceso coordinado.
        • Evalúan al candidato en múltiples dimensiones: cognitiva, ética, emocional y conductual.
        • Utilizan procesos adaptativos, ajustando el nivel de profundidad según la sensibilidad y criticidad del puesto.


4 - Mayor enfoque en ética, privacidad y legalidad

        • Se refuerza el uso del consentimiento informado y la transparencia en todas las fases del proceso.
        • Las pruebas se aplican exclusivamente en puestos críticos y bajo un marco legal claro.
        • Se implementan protocolos de confidencialidad, resguardo y tratamiento de datos personales, alineados con las leyes nacionales y estándares internacionales.


5 - Capacitación y profesionalización de evaluadores

        • Se impulsa el entrenamiento especializado para aplicar, interpretar y reportar resultados con rigor científico y ética profesional.
        • Se promueven certificaciones internacionales en pruebas psicométricas, poligráficas, VSA y análisis de riesgo.
        • Se fortalecen las áreas de Investigación y Recursos Humanos, desarrollando competencias en búsqueda, verificación y análisis de información.


La profesionalización del personal evaluador es clave para asegurar la confiabilidad, objetividad y legitimidad del proceso de evaluación.

Las tendencias actuales apuntan hacia una evaluación más científica, tecnológica y ética, donde la combinación de análisis predictivo, inteligencia artificial y protocolos legales robustos permiten mejorar la selección y permanencia del personal de seguridad. Este enfoque integral no solo protege los intereses de las organizaciones, sino que también refuerza la confianza pública y profesional del sector de la seguridad privada y corporativa.

Manual de Seguridad - Emblema

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