Hablar de “la seguridad” como un concepto único y homogéneo es un error común. En la práctica, existen diversas agendas que conviven, se cruzan y, a veces, se enfrentan, aunque en teoría deberían complementarse. Identificar y entender estas agendas es clave para objetivizar el debate, reconocer los aportes de cada sector y construir una colaboración genuina por un país más seguro.
Las cinco agendas de la seguridad
- Agenda institucional
Encabezada por el Estado, esta agenda comprende las funciones de las fuerzas del orden, las fiscalías, los organismos de inteligencia y los sistemas penitenciarios. Tiene el monopolio legal del uso de la fuerza, pero también enfrenta burocracia, politización, limitaciones presupuestales y desgaste social. - Agenda comercial
Agrupa a proveedores de productos y servicios de seguridad: cámaras, alarmas, GPS, sistemas de videovigilancia, armas, capacitación, custodias, seguros, etc. Su foco es el mercado, y su motivación es legítimamente económica, pero corre el riesgo de caer en el exceso de marketing o en el reduccionismo técnico. - Agenda empresarial
Se refiere al conjunto de estrategias, protocolos y estructuras de gestión de riesgos desarrolladas por las empresas para proteger a sus activos, personas y operaciones. Contratan expertos y diseñan políticas internas de prevención. Su gran aporte es profesionalizar la seguridad patrimonial, aunque a veces lo hagan de forma aislada. - Agenda social
Representada por organizaciones de la sociedad civil, colectivos, madres buscadoras, redes barriales, víctimas y ciudadanos comprometidos. Son quienes, desde la base, exigen justicia, prevención, memoria y reparación. Su lucha es legítima, aunque a menudo es invisibilizada o instrumentalizada por otros sectores. - Agenda académica
Constituida por investigadores, universidades, centros de pensamiento y observatorios, aporta análisis crítico, diagnósticos serios y metodologías de evaluación. Su gran virtud es la profundidad técnica y la perspectiva histórica, aunque a veces peca de distancia frente a las urgencias del terreno.
- Agenda institucional
Las asociaciones de profesionales en seguridad, aunque generalmente insertas en la agenda empresarial, tienen el potencial de fungir como articuladoras entre agendas. Su labor de estandarización, capacitación y vinculación técnica puede conectar necesidades del sector privado con propuestas académicas, recomendaciones institucionales y desarrollos comerciales, siempre que actúen con independencia, rigor ético y visión de bien común.
Cada una de estas agendas tiene su razón de ser. Ninguna es mejor que otra, pero tampoco puede asumir que es la única válida. Sin embargo, en la práctica se observa:
- Descalificación velada o abierta entre agendas, sobre todo entre la comercial y la institucional, o entre la académica y la empresarial.
- Posicionamientos mesiánicos desde lo comercial, donde algunos proveedores se presentan como “redentores” frente al “fracaso” de la seguridad pública.
- Desconexión práctica entre academia y terreno.
- Críticas sin propuesta desde algunos sectores sociales o activistas, frente a los otros actores.
Esta falta de entendimiento genera ruido, competencia malsana y pérdida de legitimidad ante la ciudadanía, que ya desconfía por default de todo discurso institucional o comercial.
Por lo anterior debemos orientarnos hacia una visión sistémica, multidisciplinaria y multiactor. Es momento de objetivar los roles y trabajar con un enfoque de cooperación respetuosa. Para eso, proponemos:
- Reconocer límites y alcances de cada agenda sin arrogancia.
- Establecer espacios de diálogo e intercambio entre sectores.
- Generar protocolos conjuntos de intervención y evaluación.
- Aprovechar la tecnología con ética, sin deshumanizar la seguridad.
- Articular seguridad con justicia, memoria, desarrollo y participación ciudadana.
En ese sentido, en Grupo Paladín instrumentamos, en alianza con el Colectivo de Análisis de la Seguridad y Democracia, CASEDE, un centro de investigación académica de alto nivel y con CRIMIPOL, un observatorio especializado y inteligencia criminal y análisis delictivo, el Programa P.I.E.N.S.E.
Una iniciativa pionera diseñada para abordar los retos de seguridad mediante la creación de incubadoras digitales que fomentan la colaboración entre actores clave. Este enfoque innovador busca construir soluciones prácticas y efectivas que contribuyan a la prevención de delito y al fortalecimiento del tejido social en cada estado del país.
Conoce el Programa P.I.E.N.S.E. y ya sea como Ciudadano, Autoridad, Académico, Especialista en Seguridad o Empresa Socialmente Responsable, Súmate para trabajar juntos Por un Futuro más Seguro.