En México, y de acuerdo con el estudio La Seguridad en Instituciones de Educación Superior realizado por la Asociación Nacional de Universidades de Educación Superior, únicamente el 24.8% de las instituciones educativas cuentan con un protocolo que les permita saber qué hacer en caso de un enfrentamiento con arma de fuego, la detección de un delincuente o la atención de un caso de abuso de género dentro de sus instalaciones.
Es decir, 7 de cada 10 escuelas no saben qué hacer en ese sentido.
Los temas que mayormente son abordados en los protocolos de seguridad, si acaso la escuela cuenta con alguno, son los relacionados al ingreso y salida de las instituciones y los rondines de vigilancia que se deban llevar a cabo.
El estudio en cuestión, señala que el 34% de las instituciones de educación superior en México cuentan con normas de seguridad, el 32% están en proceso de elaborarlas y que el 31% no cuenta con ellas en lo absoluto. La mayoría de las escuelas que cuenta con un programa de seguridad, se ubican en la zona metropolitana de la Ciudad de México.
Si este estudio muestra unas no muy buenas estrategias de seguridad en las instituciones de educación superior, ¿qué condiciones pueden presentarse en el resto de los niveles educativos?
No cabe duda que en México, en materia de seguridad, seguimos siendo reactivos. Hemos venido tapando pozos, después de ahogados los niños. Es tiempo de cambiar esa actitud, tomar cartas en el asunto y volvernos preventivos.
Debemos aprovechar los espacios formativos de las escuelas para educar a nuestros hijos, además de todo lo que se deben educar en los temas tradicionales, ahora en el tema de la seguridad, de la prevención.
La misma ANUIES, publicó el Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior, estrategias para la prevención y atención. Publicación con la cual nos sentimos sumamente honrados, ya que nuestro trabajo fue tomado como referente en las fuentes de información consultadas para su creación.
La seguridad debe ser parte de la cultura que desarrollemos en nuestros niños y jóvenes y debe contar con una dualidad importante: educarlos para evitar que sean victimizados y sensibilizarlos para evitar que se conviertan en delincuentes.
Para ilustrarnos en ese sentido, hemos invitado a Gerardo de Lago Acosta, quien, además de ser un auténtico y reconocido experto en el tema de seguridad escolar, posee un amplio sentido de responsabilidad social, gracias al cual nos comparte valiosos puntos de vista y recomendaciones para protegernos en las instituciones educativas.