El blindaje vehicular es un proceso de refuerzo en el cual se emplean materiales balísticos como acero, kevlar y vidrios especiales para proteger a los ocupantes de un automóvil contra ataques y explosiones. Este blindaje puede aplicarse en diferentes partes del vehículo, complementándose con distintos sistemas de seguridad, brindando protección adicional en entornos de alto riesgo.
Por su parte, el blindaje arquitectónico consiste en reforzar edificios mediante materiales resistentes en muros, puertas y ventanas, creando espacios seguros en lugares como embajadas, bancos y empresas en áreas vulnerables, así como en residencias. Este tipo de blindaje protege tanto a las personas como a la infraestructura frente a amenazas externas y ataques.